Capítulo XIII

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Habíamos pasado todo el día juntos, porque aunque no lo dijeramos, ninguno de los dos quería separarse del otro. Era un sentimiento de comodidad mútua cuando estábamos junto al otro.

Luego de aquella ronda de sexo, tuvimos otra en el baño mientras tomábamos una ducha, y luego otra en la sala de televisión mientras "veíamos" una película. Nuestro deseo sexual por el otro era indescriptible, como si nuestros cuerpos sintieran la constante necesidad de fusionarse con el otro.

—¿Quieres quedarte hoy?— propuso el pelinegro mientras acariciaba mi cabello. Estaba acostado en su regazo viendo mi teléfono.

—¿Por qué?— pregunté asombrado dejando a un lado mi teléfono para verlo.

— Solo digo, si no quieres está bien, puedo llevarte a la residencia—

— No lo digo en mal sentido— rodé los ojos—¿Quieres que me quede?— le sonreí.

Este asintió viéndome con ternura. ¿Quien podría resistirse ante esos ojitos de ciervo brillantes?

— Bien, pero no tengo pijama...—

— No creo que necesites pijama para dormir conmigo, Kim— sonrió pícaro.

— Tú solo piensas en sexo, Jeon— bufé rodando los ojos. La verdad no me quejaba ante eso.

— Tú eres quien me trata como una máquina sexual— se burlo. Levantó mi cabeza de su regazo y se paró del sofá—¿Qué quieres cenar?—

— Hamburguesas— sonreí.

— Bien, voy a pedirlas— revolvió mi cabello y tomó su teléfono para hacer la llamada.

Luego de un rato la comida llegó, cenamos en la sala de estar viendo la película de antes y al terminar regresamos a la habitación. La noche transcurrió normal, claramente el sexo no podía faltar antes de dormir; después de otra ronda ambos dormimos juntos. Había encontrado un nuevo hoobie, dormir sobre el pecho de Jeon escuchando los latidos de su corazón.

 Había encontrado un nuevo hoobie, dormir sobre el pecho de Jeon escuchando los latidos de su corazón

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Los días pasaron como de costumbre. Después de hablar aquella mañana con Jungkook, ambos nos manteníamos en contacto todos los días; al principio fue de manera involuntaria, preguntando cómo estaba el otro o si ya habíamos comido adecuadamente. Eventualmente se volvió costumbre simplemente hablar casi en todo momento por chat, y en las noches una llamada antes de ir a dormir.

Aquel día, era una tarde soleada de finales de verano, pero la temperatura era más alta de lo normal, podía sentir el asfalto
bajo mis pies arder. Iba de camino a la residencia estudiantil para realizar un par de trabajos acumulados que tenía para la siguiente semana, estaba tan inmerso en mis pensamientos que no escuché el primer llamado de aquel sujeto.

— Taehyung...— fué entonces cuando tomó mi mano con fuerza que lo ví. Era Park Bogum, mi expareja.

— Bogum, ¿Qué haces aquí?— me deshice de su agarre. Era desagradable sentir su tacto después de todo lo que hizo.

Los Azares Del Destino || KookV ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora