Capítulo IX

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Luego de salir de la fiesta, llevé a algunos amigos a sus casa como de costumbre; después regresé a mi departamento y me quedé un largo rato acostado en la cama sin poder dormir. Había algo que no paraba de rondar mi cabeza, y ese algo tenía nombre y apellido, "Kim Taehyung". No paraba de repetirse esa escena en la azotea de la discoteca en mi mente una y otra vez; solo podía pensar en cómo nuestros labios estuvieron a punto de rozarse...

— ¿Por qué carajos hice eso?— llevé mis manos a mi rostro, culpandome por aquella situación. Por suerte no había nadie más viéndonos en ese momento.

Entonces la imagen de Taehyung con aquel lindo disfraz apareció en su cabeza, le hacía ver tan sensual, tan deseable y a la vez tan delicado. Sus hombros eran anchos y su cintura casi tan angosta como la de una chica, haciendo resaltar un poco más de lo usual sus caderas; su rostro era tan angelical con aquellas facciones tan finas, y sus ojos, ese par de orbes avellana que se veían tan claros y brillantes a la luz de la luna... Todo en el era perfectamente armonioso.

Cuando volví a la realidad tuve la sensación de que mis pantalones de pijama apretaban más de lo usual mi entrepierna; al bajar la mirada me encontré con una prominente erección y solo pude golpearme mentalmente por excitarme pensando en aquel chico.

— Joder, esto es una puta broma— suspiré cansado —¿Que carajos te está pasando Jungkook?— me pregunté a mi mismo sin realmente entender como era aquello posible. Nunca antes había tenido una erección por un hombre o si quiera ver atractivo a un chico.

Intenté pasar por alto aquel bulto que pedía por atención e ir a dormir; preferiría no haberlo hecho y quedarme en vela toda la noche, porque aquel sueño que tuve solo empeoró el lío mental que tenía en ese momento.

Entré a una habitación con luces rojas y una amplia cama con sábanas del mismo color; en la cama podía ver diferentes tipos de cadenas y esposas en las esquinas y el cabezal de la misma. Inmediatamente supe lo que era.

—¿No se supone que me odiabas Jeon?— habló una voz conocida detrás de mí. Me giré para verle, y ahí estaba Taehyung portando aquel disfraz de esa noche.

—¿Qué es esto?— pregunté sin entender la situación en absoluto.

— Algo que deseas con todo tu ser, pero simplemente lo reprimes...— se acercó a pasos lentos hacia mí, haciéndome retroceder hasta chocar contra el borde de la cama y caer sentado en ella.

— No entiendo...— el castaño solo sonrió de lado y se sentó a horcajadas sobre mí.

— no debes entenderlo, solo disfrútalo...— rodeó mi cuello con sus brazos y juntó lentamente nuestros labios.

En ese momento sentí que estaba en trance, simplemente me dejé llevar por la sensación del momento. Una parte de mi me decía que me detuviera y que no era correcto, pero solo ignoré ese fugaz pensamiento y le hice caso a mi cuerpo que empezó a reaccionar por si solo. Nos volvimos poco a poco un desastre de besos húmedos y necesitados que iban calentando nuestros cuerpos con cada mordida que dábamos.

— Puedes tocar cada parte de mi cuerpo que desees— dijo Taehyung con una voz que despedía sensualidad.

Y así lo hice, llevé mis manos hasta sus muslos tomándolos con fuerza y apretando esas tonificadas piernas que me estaban volviendo loco, en el proceso hice un camino lento hasta su trasero, agarrándolo con ambas manos y amasando como si fueran un par de masas de pan. Mientras tanto, Taehyung era un desastre de gemidos y suspiros de aprobación, a la vez que comenzó a mover sus caderas, haciendo que nuestros miembros ya erectos se rozaran por sobre la ropa.

—¿Me deseas Jungkook?— preguntó sin detener sus movimientos; mirándome fijamente con esos ojos penetrantes.
Asentí besando su cuello y dejando pequeñas marcas a su paso.

Los Azares Del Destino || KookV ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora