— Bien, voy a empezar...— avisé.
Respiré hondo y comencé a pasar mis manos por sus dedos lentamente para sentir cada detalle de estos, fuí subiendo poco a poco por sus antebrazos y luego sus brazos sin perder ni una sola curva de sus músculos; mientras tanto podía ver cómo se iba formando la imagen de su cuerpo en la oscuridad que percibían mis ojos cubiertos por la tela. Llegué a sus hombros y luego a sus clavículas, delineandolas a la perfección; luego su cuello. Mi toque era suave y superficial, casi como una caricia.
Sentí su respiración agitándose un poco mientras subía con cuidado por la parte posterior de su cuello hasta su mandíbula bien marcada. Continúe dirigiendo mis dedos hasta su boca para sentir sus labios; y entonces...
— Kim...— su voz se escuchaba suave y ronca a la vez, casi en un suspiro ahogado— para, no puedo más...— alejó mis manos sosteniendolas con cuidado.
Mi corazón se aceleró.
Me moví un poco intentando acomodarme para quitar la venda y sentí como nuestros miembros se rozaron haciendo que mi cuerpo temblara ligeramente; un suspiro leve salió de mis labios sin permiso.
— L-lo siento... yo— no sabía que decir, juraría haber sentido su miembro duro.
Entonces sentí como la venda cayó de mis ojos permitiendome ver el rostro descolocado del pelinegro a centímetros del mío.— Kim...— sus ojos se dirigieron a mi boca viéndola con deseo.
— Jeon...— desvíe mi vista de manera inconsciente a sus labios, eran de un perfecto tono rosa pálido contrastando con su piel pálida, y su labio inferior adornado por un piercing plateado. Sentí ganas de probarlos en ese instante.
Mi cabeza se movió sin previo aviso de manera lenta hacia su rostro como intentando hacerle saber lo que quería. Entonces, a mitad de camino, sentí una de sus manos posarse en la parte posterior de mi cuello atrayendo mi rostro hacia el suyo de una vez por todas.
Nuestros labios chocaron en un beso suave y lento cual balada; posé mis brazos alrededor de su cuello para profundizar y acercar aún más nuestros cuerpos.
Sus manos bajaron por mi espalda hasta llegar a mis caderas acercandolas más a las suyas sin despegar nuestros labios en ningún momento. Sentí de nuevo su miembro rozando con el mío y una corriente eléctrica pasó por todo mi cuerpo haciéndome soltar un leve gemido entre sus labios, lo cual hizo que apretara con fuerza su agarre en mis caderas.
Finalmente nos separamos ligeramente del rostro del otro en busca de aire. Nuestras respiraciones estaban agitadas y pequeñas gotas de sudor brotaban de nuestros rostros. Una vez más volvimos a unir nuestros labios en un beso, esta vez era uno lleno de lujuria y deseo; abrí un poco mi boca para darle paso a su lengua y este hizo lo mismo haciendo que se generará un baile un poco más rudo al interior de nuestras bocas; leves mordidas y marcas también fueron participes en ese encuentro de labios hambrientos por más.
El pelinegro pasó sus manos hasta la parte baja de mis muslos mientras se levantaba del sofá. Rodeé su cintura con mis piernas, mientras mis brazos continuaban enredados en su cuello; en ningún momento nuestros labios se separaron.
Llegamos hasta mi habitación donde reposó mi cuerpo con cuidado en el suave colchón de la cama y el se posó encima de mí. Sus labios bajaron por mi mandíbula hasta mi cuello lentamente dejando pequeñas mordidas a su paso, mientras leves gemidos escapaban de mi boca sin control.
— Eso se escucha jodidamente bien...— su voz sonaba profunda y agitada.
— no aguanto más...— dije desesperado por la excitación— por favor...— nuestros ojos hicieron contacto visual.
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Los Azares Del Destino || KookV ||
Fiksi PenggemarEl azar hace parte del destino, pero el destino no deja nada al azar. -Oye, Jeon...- intenté armarme de valor para decirlo- ¿Puedo tocarte?- solté sin más. - ¿Qué dices?- su rostro ahora estaba exaltado o avergonzado, no lograba distinguir su emoci...