Capítulo XVI

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— Joven Jeon, por favor regrese con su tutor— pidió desesperada la sirvienta mientras corría detrás del pequeño Jungkook.

— ¡No!, quiero ver a mi padre— gritó con lágrimas corriendo por sus mejillas.

— Joven Jeon, el señor Jeon no puede estar con usted ahora— tomó con delicadeza al niño de la mano— su padre ahora está ocupado, no debería molestarlo— hablo con voz maternal.

Jungkook se zafó del agarre y corrió hasta el estudio privado de su padre, abriendo la puerta de golpe.

— Papi, papi— gritó emocionado intentando llamar su atención— el maestro Han me felicitó- — un grito de su padre lo detuvo.

— ¡¿Qué haces aquí?!— gruñó el hombre mayor al pequeño niño, levantándose molesto de su escritorio— te he dicho mil veces que no me molestes, ¡largo!— gritó señalando la puerta detrás de su hijo.

El pequeño Jungkook así lo hizo, corrió despavorido por la gran casa hasta su habitación y no salió de allí en lo que restaba de día. Se sentó en su cama con la única foto que tenía de su madre, abrazándola contra su pecho mientras sollozaba en silencio. El sentimiento de soledad y abandono siempre estuvo en él.

El señor Jeon nunca fue un padre especialmente cariñoso o expresivo con su hijo. La mayor parte del tiempo se encontraba en la empresa, y cuando estaba en casa se encerraba en su estudio privado a trabajar más. El único momento del día que estaban juntos era en la cena, donde cruzaban un par de palabras; o más bien el pequeño Jungkook intentaba contarle sobre su día y como sus tutores lo felicitaban por su gran desempeño, mientras él solo respondía con monosílabos sin darle real importancia al pequeño niño de seis años.

Eventualmente Jungkook entendió que no solo no tenía madre, sino que tampoco tenía un padre. Todo lo material que quería le era dado de inmediato y sin chistar, pero cuando pedía un poco de atención y mínimas muestras de cariño por parte de su padre, este solo lo ignoraba diciendo que no tenía tiempo para ello y él realmente no lo necesitaba.

A veces Jungkook soñaba con haber tenido a su madre junto a él, estaba seguro de que ella sería diferente, ella si lo amaría y no lo rechazaría cada que intentara acercarsele. Cada que se sentía solo y triste veía la única foto que tenía de ella y le hablaba sobre cómo se sentía mientras lloraba en silencio, imaginando que podía escucharlo desde donde sea que se encontrara. Esa foto lo amó mucho más de lo que alguna vez su padre pudo hacerlo.

— llegas tarde, Jungkook— fué lo único que dijo el señor Jeon cuando el azabache llegó a su mesa

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— llegas tarde, Jungkook— fué lo único que dijo el señor Jeon cuando el azabache llegó a su mesa.

— había demasiado tráfico en el trayecto— dijo sin emoción. —¿Para que querías verme, padre?—

— ¿No tengo derecho a ver a mi hijo?— habló sarcástico.

— Solo ve directo al grano, debo regresar a la universidad—

Los Azares Del Destino || KookV ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora