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Nunca estás dentro
de sus planes

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El ardor en sus ojos era la señal de que su cuerpo le daba del exceso de cansancio que llevaba encima y por consiguiente de las repercusiones que esto tendría sino dejaba en algún momento estar enfrente de su ordenador por tanto tiempo.

Llevaba exactamente 7 noches y 8 días trabajando sin descanso, buscando la información que necesitaba, al final entrar a la plataforma de confesionalidad del gobierno de Japón no era una tarea tan sencilla a realizar.

Suspiro, y mordisquio sus labios con ansiedad, le estaba costando demás tiempo del que tenía previsto; su exigencia propia era tal, que incluso llegaba a olvidarse de alimentarse correctamente.

Nunca se dio el derecho o siquiera el gusto a fallar en algo, ya que si lo hacía podría significar que un mínimo fallo al siguiente movimiento a realizar le arruinaría su propia libertad.

Solo se permitía la libertad de sus acciones cuando había un buen rival a nivel de intelectualidad e inteligencia, a su corta o poca vida solo fueron 2 personas con las que pudo llegar a divertirse de la imperfecciónalidad de esos actos.

Tenia una frase en claro: La perfeccion es aburrida.

Y esta solo la aplicaba cuando tenía que mover a las personas de sus jaulas de vida diaria que tenían, como un acto de autentica diversión. Pero como lo que tenía a conseguir en ese momento no tenía que ver con manipular personas a su antojo, se lo tomó con algo de seriedad. Agregando el echo de que si salía mal su dirección sería descubierta, generando ya no tener área segura ni para él ni para su pareja.

Su atención desde el momento en que entro a ese cuarto oscuro de su casa solo se centró en su objetivo.

Por lo tanto había estado ignorando la existencia de _________ desde hace 8 días. La joven nunca entraba a ese cuarto pues sabía que era el espacio de trabajo de su pareja y no quería interrumpir en aquello que realizaba.

Pero aún así su preocupación estaba presente, Fyodor ni siquiera salió a tomar algo, o como mínimo que le diera el sol o ir al baño.

Siempre que él se metía ahí, no salía hasta terminar, pero en esta ocasión se excedió del tiempo. Lo máximo que llego a estar fueron 4 días.

Con la incertidumbre pintada en su rostro termino de preparar la bandeja de comida que planeaba ir a dejarle, el alimento que preparo era ligero al estómago y con la menor cantidad de grasa posible. No sabía con certeza como se tomaría su acción.

Con las manos temblando, tomó los extremos de la bandeja y empezó a ascender al segundo piso, teniendo el cuidado de que nada se derramará. En silencio rogó que Fyodor no se incomodará con su actuar.

Observo un momento la puerta gris frente a ella y luego lo que tenía en las manos. Movió su pie de arriba a bajo, con nervios. No estaba del todo convencida de entrar ahí.

Sacando la valentía suficiente después de un tiempo, toco la puerta 2 veces con poca fuerza pero la suficiente para que se escuchara, aún así no obtuvo respuesta. Extrañada volvió a tocar sin recibir nuevamente una contestación.

Con delicadeza giro la perilla y abrió muy poco la puerta, lo necesario como para verle la figura rodeada de la unica fuente de luz que era su computador.

—Fyodor...— Llamó—. Perdón que te esté molestando solo... quería traerte algo de alimento, no has salido en un buen tiempo y no pude evitar preocuparme por tu salud...— Termino en un hilo de voz.

𝙽𝚘𝚌𝚑𝚎 𝙳𝚎 𝚅𝚎𝚛𝚊𝚗𝚘 ||Fʏᴏᴅᴏʀ Dᴏsᴛᴏʏᴇᴠsᴋɪ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora