𝙽𝚘𝚌𝚑𝚎 𝙳𝚎 𝚅𝚎𝚛𝚊𝚗𝚘 ||Fʏᴏᴅᴏʀ Dᴏsᴛᴏʏᴇᴠsᴋɪ||

ꕥ32ꕥ

╔════════════════════╗

El fin del verano

╚════════════════════╝

•
•
•

Capitulo final

•
•
•

Dazai se enterró el pasador de metal frágil y delgado en la palma de la mano, resistiendo la avalancha de nieve fría originaria del dolor de una perdida incomprendida producto de un sentimiento paralelo de su alma. Él no tenía la capacidad humana del saber de los vínculos sentimentales, pero ahí estaba esa opresión aplastante en su corazón que le rompía la voluntad de escasa complejidad.

Había una verdad irrefutable dentro de todo el caos que Fyodor orquestaba, y que independientemente del origen bruto del por qué tenía pareja, no corrompía la veracidad de los actos que él cometió.

Mucha gente sin trenzas sistémicas se le arrebataba la vida como se pierde dinero en un casino, fácil y sin barreras. Pero, había algo más dentro del barro que escondía la piedra del conocimiento verídico y tanteable de la realidad no modificada y original. Partiendo de tres puntos esenciales:

El primero: ¿Por qué esa mujer era su pareja?

Segundo: ¿Por qué todos morían si sabían de su existencia?

Y el tercero: ¿Por qué hacia todo esto?

Dazai en busca de venganza incomprendida y fundada por el dolor inentendible de su corazón y recuerdos pasados que remomaraba con extraña calidez, se dejó llevar por el rencor construido en su ser después de encontrar la verdad de la vida, de una verdad que no se permitió creer. Y aquello no era más que la firma de su acta de defunción.

Sin darse cuenta, había sentenciado su muerte.

Podía responder con certeza las dos primeras preguntas -dejando en dudas puntos que no debía todavía excavar- pero la tercera era el pedazo en blanco en un ensayo.

Él mismo no se podía responder el verdadero origen de las acciones en busca de destrucción de Dostoyevski. O posiblemente ignoraba el por qué.

Dazai no le temia a la muerte que Fyodor pudiera ejecutar en su contra, porque sencillamente él no era capaz de lograr una hazaña de esa magnitud. Se quedaba corto en planificación para tan alta escala de profesión.

Había una verdad que nadie más que él podía ver. Porque era indigno de ser humano.

Era inmune a la modificación de la realidad.

—Siendo sincero, espere más palabras sin disfraces de mentiras de ti, demonio— Dazai se estiro acostado en la cama de la prisión, tronando sus huesos en busca de relajación— pero supongo que me deje llevar por la diversión.

Fyodor alzo una ceja, sin perder su sonrisa característica.

—¿A qué te refieres con exactitud?

—A la corrección de la vida de tu esposa— lo miro de cabeza al piso, aún tendido en el colchón— sabemos que a grandes escalas faltaron piezas por acomodar, o debería decir; párrafos por explicar.