𝙽𝚘𝚌𝚑𝚎 𝙳𝚎 𝚅𝚎𝚛𝚊𝚗𝚘 ||Fʏᴏᴅᴏʀ Dᴏsᴛᴏʏᴇᴠsᴋɪ||

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Es la pareja perfecta

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Volvió a empaparse la cara, buscando despejar todos los pensamientos de su cabeza. Pero parecía imposible, no encontraba la manera de que el estomago le dejara de cosquillar y que las mejillas le dolieran.

Estaba tan roja que parecía en fiebre.

__________ se vio en el espejo, respiro y sin contenerlo chillo con emoción, pataleando. Nunca creyó poder estar en una cita tan linda como lo estaba ahora, y mucho menos que fuera con la persona de la que estaba enamorada.

Todo fue tan natural y espontaneo que no se la creía aún, parecía sacado de un cuento de hadas moldeado a su gusto y necesidad carnal.

Cuando por fin se pudo tranquilizar salio del baño y fue directo a su mesa que acompañaba con ese extranjero ruso que conoció hace 7 meses.

Él era perfecto, extremadamente educado, elegante; hacía todo con paciencia y con un carisma singular, siempre con una sonrisa de confianza. Parecía que pocas cosas lo podían perturbar ya que desde el momento que lo conoció fue amable, manteniendo un bajo perfil sin dejar su interés a su persona.

Su voz era encantadora, aunque su acento delataba su nacionalidad podía acoplar perfectamente su tonalidad con la lengua japonesa, creando una auténtica y única manera de hablar. Cada que soltaba un monosílabo parecía que una campanilla se escuchaba, era tan suave el sonido que daban ganas de dormir en ese momento.

Sus movimientos eran delicados, tenía las manos largas con los dedos delgados, siempre llevaba guantes con una ushanka en la cabeza y dos o tres capas de ropa encima.

Sus ojos la cautivaron al instante en que la vieron, eran morados como dos amatistas incrustadas en sus pupilas y brillaban en superioridad estando en armonía con lo pálido de su rostro.

Lo recuerda perfectamente, sabia que no había manera de borrar su primer encuentro. Él chico se le acercó luego de que golpeara una máquina de peluches, no había podido sacar uno. Se ofreció a ayudarle en su cometido y con rapidez lo sacó a la primera.

_________ se sintió perdida cuando el joven no le pidió nada a cambio, recibió el peluche y lo examino con cuidado. Era la primera vez en años que le daban algo sin abusar de su persona.

Cuando alzo la mirada para agradecer debidamente por su amabilidad lo encontró demasiado lejos de su ubicación.

<<—¡Oye, espera!—Grito, el desconocido se detuvo dándole la espalda—. Gracias por el detalle.

La vio por encima de su hombro y no dijo nada, parecía estar pensando que hacer. La sonrisa que le dio la hizo temblar de pies a cabeza, no supo cómo interpretarla; Sintió la garganta apretarle y se emocionó.

Asintió con la cabeza—. Nos vemos.

No hablo fuerte, ni tampoco débil era la vocalización perfecta para escucharlo desde su distancia. Cuando se quiso venir a dar cuenta el hombre ya no estaba, parecía que estaba más en un parque de noche que en una plaza comercial. >>