Palabras del autor

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Gaderiln es un nombre que al principio no tenía el significado de ahora, para nada significaba «gran mago». Cuando estaba pensado en los acontecimientos de los distintos universos de la Relíter veía el Universo Cuatro como la historia de un flautista deprimido que luchaba contra una bruja loca que traía consigo un gigante; historia influenciada por la película Dragon Ball Z: El ataque del dragón. Película que de niño me vi muchísimas veces. Me encanta, de mis favoritas.
¿Entonces qué era Gaderiln para mí? El nombre de la antagonista, que pasó a hacer su apellido para luego no serlo. “Gaderiln” me salió cuando jugué primero con el nombre de Harley Quinn. (Ni yo sé cómo salió una cosa de la otra, pero bueno). Así de loca quería que fuera esa bruja, más que nada porque me enamoré de la Harley Quinn de Margot Robbie por allá del 2016. Después al monstruo gigante quise darle un nombre chido como el de Hildegarn, y adivina qué me salió: Gaderiln. Ya era mucha coincidencia. Al final le dejé así, la bruja Gaderiln y el titán Gaderiln. Y así quedó desde que seleccioné los protagonistas para los diferentes universos de la Relíter.
La cosa cambió cuando empecé a meter magia a mis libros, cosa que no tenía prevista. Cuando menos me di cuenta, la mamá de Ilev era una bruja que venía de una galaxia de magos. Así que aproveché a unos seres que inventé hace tiempo y cree más, así nacieron los Irohémaz. Implementé magia, así que no podía faltar un mago legendario e invencible cuyo nombre todos conocieran. De manera espontánea, en uno de mis manuscritos que estaba en proceso de escritura por allá del 2020, fue nombrado un tal Aromus Gaderiln. Se habló de un anillo que le pertenecía y que otorgaba gran poder. Admito que eso último lo inventé en 2021. Al final ya tenía las bases para este universo.
Nereida fue creada antes que Jaede —de hecho, por eso en la historia es mayor—, pero sólo era llamada Gaderiln. Le puse Nereida en honor a Nereida Ditón de Imperia de Sweethazelnut, libro que me inspiró bastante. Nereida hace su debut en este libro, pero ya había sido nombrada en un manuscrito que tengo guardado; allí se mencionó que era una bruja llamada Gaderiln que buscaba la Atualf, nada más.
Ahora bien. Jaede. Empecemos con que la primera japonesa que me gustó mucho, muchísimo, es Reni Takagi. (Por obvias razones me imaginaba a Daele Arelín como si fuese su gemela). Me cautivó su sonrisa cuando vi por enésima vez el video musical de Pledge of “Z” (‘Zetto’ no Chikai), de Momoiro Clover Z, donde Reni-chan salía vestida como Piccolo. No me gustaba ninguna japonesa más, si acaso una que otra me parecía linda; como Yū Serizawa y Risa Taneda, pudiste darte cuenta. Hasta que, en 2020, buscando quiénes ponían voz en Zombie Land Saga fue que encontré a mi mayor musa: ¡Kaede Hondo! Quedé embelesado cuando la vi en la computadora de mi amigo Tacho. Le pregunté a él si estaba bonita, y aunque respondió que sí, para mí era y es hermosa. Comencé a atesorar fotos de Ede-chan para poder verla —espero eso no se escuche muy enfermo—. Su voz… ah, cómo me cautiva y me reconforta. Su sonrisa ilumina tanto como la de Anorenyi, su belleza se equipara con la de Erow y su porte con el de Kaashiremo. La veo casi tan divina como a Gadoru.
Dije: «Kaede Hondo mi mujer.»
Hoy en día mis amigos se siguen burlando porque me gusta y digo que estoy enamorado de ella y que algún día nos vamos a casar. Pero bueno, eso sirvió para agregárselo a Taflau.
¿Dónde entra Jaede a todo esto? Bueno, pues por una vez quería experimentar escribir con una protagonista, una mujer. Hasta me sentí como Hirohiko Araki haciendo Stone Ocean. Puros protagonistas hombres, ‘nembe’, quería escribir a más mujeres esta vez. Entonces cree a Jaede, que sería la coprotagonista del libro, acompañando a Taflau. Y conste, eso fue cuando Taflau sería el prota’ de la saga. Después hice un acuerdo conmigo mismo, Taflau sería el protagonista del universo y Jaede de la saga. Fue un honor hacer negocios conmigo mismo, salí conforme.
Jaede, cuyo nombre es la unión de los nombres Jamileth y Kaede; su segundo nombre (Arihna) es referencia a Elaina de Majo no Tabitabi (Wandering Witch:The Journey of Elaina), así como el apellido Arelín. Para Jaede haciendo mal los hechizos y las lecciones de magia me basé en Tejina-senpai. Y he de decir que Jaede es una aglomeración de cuatro mujeres especiales para mí: mis amigas Jamileth y Vrianay, mi primita Marisol y Kaede Hondo. En ellas me basé e inspiré para la historia, la personalidad, cualidades, comportamiento y más de Jaede. Además, terminé haciendo a Jaede la amiga que deseaba con urgencia a finales del 2020 y en 2021.
En Jesús reflejé muchos problemas amorosos y amistosos que tenía en el año en que transcurre la historia, así como para su historia. Jesús es mi yo del 2021, así de simple, sólo que él sí conoció a alguien que lo hizo salir de la tristeza, gracias a Jaede pasó momentos felices y se planteó mejor eso de amarse a sí mismo. Si acaso mi Jaede en la vida real han sido mis manuscritos. Bien dijo Stephen King: «Dios sólo ayuda a quienes se ayudan a sí mismos.»
La trama la inventé, literal, escuchando música —como acostumbro a hacerlo con los futuros manuscritos desde el 2021—. Bastó con escuchar FANTASTIC ILLUSION de i☆Ris hasta el cansancio. Pero la cosa es que no me he cansado de escucharla. Me imaginaba todo lo que pondría en el manuscrito, desde Jaede con hechizos que no resultaban y Taflau luchando con Deragah hasta Nereida levitando por Ciudad Mante la noche de la batalla final. Es más, por algo el pueblo al norte del bosque Rowlkieng se llama Wow. («Welcome to Wow!»).
¡Ah, cierto! Una cosa que nunca le he dicho a nadie es que escogí el 16 de abril del 2021 como la fecha de la batalla final porque esa noche salí a la puerta de la entrada de mi casa para ver la Luna y me llamó la atención que tenía una tonalidad anaranjada, pensé luego luego —o mejor dicho, recordé— que ese era el color de Anorenyi, la creadora del mundo de Jaede. Así decidí el día.
Para no explayarme más… El onamík es una lengua que inventé, así como otras que se mencionan o sí aparecen. Me gustó el onamík, crearlo y trabajar en él. Me inspiró Tolkien para eso, la verdad, pero a su vez, era inevitable que incorporara una o dos lenguas más. Total que terminé utilizando los nombres que tenía inventados, como Gaderiln (Gran mago) o Arelín (la Hechicera), y fui implementando más hasta que se hicieron casi mil palabras. Es mucho para alguien idiota y flojo como yo, hasta me sorprendo na’más de pensarlo.
Ér-ém, ér-ém. Ya no diré más. Aquí me despido. Le pido a Jhavâh Güoh que nos encontremos pronto. En caso de que te hayan gustado la historia y los personajes, primeramente papá Dios, nos vemos en la escuela. ¡Que Güoh te bendiga y Erohu te proteja! Gracias por leer, tu deriln-nof-fîknoīs de confianza te lo agradece bastante.

P. J. Naranjo
Ciudad Mante, Tamaulipas (México)

Gaderiln -Taflau- I. Jaede y la Flauta MágicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora