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Hasta cierto punto ser hija única era genial y lindo hasta cierta edad pero después de un tiempo dejo de serlo, a los 12 ya empezó a ir a clases extras para ser la mejor de su salón aúnque era agotador le gustaba ver a su mamá feliz y con una sonrisa orgullosa al igual que a su padre.

A medida que iba creciendo tenía que moldearse a las reglas de ambos adultos, dejar de salir con sus amigos, de ir de compras con sus amigas, ir a fiestas o cumpleaños, ocupar su tiempo libre en ir a la empresa para aprender todo lo que tenía que hacer cuando se graduara, sus dietas estrictas por parte de su mamá por ser una celebridad al ser hija de los empresarios más exitosa de todo Japón y llevar el apellido Myoui, quería ir al gimnasio pero ahí estaba su mamá diciéndole que no, que no podía hacerlo porque su cuerpo estaba mejor sin musculo y con la dieta que llevaba, que se agotaría más y le podía hacer daño; pero si al menos le daban un descanso no pasaría eso, que tendría que mantenerse delgada para el ballet lo único que le había gustaba de las cosas que mandaban sus padres, no quería ser musculosa, no le gustaba eso, solo quería tener un poco de fuerza para defenderse por si algo pasara cuando se escapaba por las noches para reunirse con su amiga Sana en un restaurante o cafetería porque su auto últimamente se dañaba mucho y tenia que comprar uno nuevo.

A los 20 sus padres hicieron un matrimonió arreglado pero se casarían a los 25 igual eran parejas, no le molesto porque era alguien que le gustaba y con el cual se llevaba muy bien por ser amigos en la universidad, Juwon era popular por ser amable y respetuoso con las mujeres, el chico perfecto, el amor de su vida, un chico de sonrisa encantadora pero que bajo todo eso se ocultaba un gran idiota y mentiroso.

Amaba tanto a ese chico que creía cada una de sus mentiras, "solo son amigas", "estaba ayudando a uno de mis amigos con un trabajo", "me quede hasta tarde ayudando a un empleado de mi padre", incluso aguantó una paliza el día que llego borracho a casa molesto porque sus padres no le querían regalar un lujoso departamento el cual no estaba al alcance de su dinero.

Al día siguiente el se disculpo entre lágrimas y si lo perdonó, no lo volvió hacer pero sus engaños seguían hasta que un día su amiga Sana lo vio entrar a un hotel con una chica, el idiota ni siquiera le importaba que las personas lo pudieran reconocer, su amiga tomó varias fotos a escondidas y se las envió pero ella no había sido la única que se había dado cuenta.

Después de varios días de discusiones con él y no importaba las disculpas, lo mucho que le doliera dejarlo, decidido alejarse y sus padres estaban de acuerdo porque un paparazzi también le había sacado una foto y cobrado a sus padres para no revelarlas pero era con otra chica y en días antes de la que tomó Sana, sus padres eran capaces de ocultarle algo así solo para tener el contrato aún en pie pero con su ruptura ya no lo estaba, bueno su padre dijo que le quería decir pero su madre no lo dejaba así que con la única que se puso molesta fue con ella, siempre ella, su papá era tan bueno y atenta con ella pero su mamá no.

Los reporteros no dejaban de preguntar el por qué de su ruptura cuando se los veían muy felices y bien juntos, que su noviazgo de 2 años no podía acabar de la mañana a la noche pero trataba de contestar lo más tranquila posible.

A los 24 decidió irse a Corea del Sur con su amiga que trabajaría junto con ella en una empresa que sus padres le dieron pero eso no dejaría de lado que siguieran controlandola y en unos días estarían en ese país mientras dejaban a cargo a uno de sus mejores secretarios de la empresa de Japón.

Solo tenía tres meses de haber llegado y en la que ya conocía la mayor parte de la ciudad con su amiga, no era tan conocida como en Japón y eso le gustaba podía andar tranquila en la calles, bueno solo a veces, habían personas que la reconocían o un par de fotos que le tomaban pero no se acercaban a hacerle entrevista.

- Hoy la hermosa y amable Myoui Mina se detuvo en su auto y bajo a ayudar a una tierna anciana a cruzar la calle, una vez más nos demuestra que es un angel.- dijo la reportera.

Si ese era su apodó, el angel de Japón y ahora parece que lo sería de Corea por las veces que se ha detenido a ayudar a las personas, no lo hacía para verse bien en la televisión o en donde sea que saliera, en verdad ayudaba de corazón sin querer nada a cambió, es lo bueno que le enseño su padre.

- Saldremos hoy— Insistió su amigas por sexta vez en la tarde.

- No—  Respondió sin dejar de mirar la laptop.

- ¿Por qué? Mina tenemos que divertirnos antes de que vegan tus padres, hay que aprovechar el tiempo que no están aquí.

- Sabes que no me gustan las discotecas.

- A ti nada te gusta, sigues pensando en él ¿verdad? Dios Mina ya paso un año.

- Estoy pensando solo en mi trabajo y basta de mencionarlo, ya esta en mi pasado.

- Pues aún tienes su número.

- Callate.

- Mitang, Mina, Minaaaaa.... Vamos por favor, solo será un momento y después vamos a casa.

- ¿Por qué no vas sola? Preguntó cerrando la laptop y mirando ahora la carpeta en su escritorio.

- Porque no es divertido,

- Y piensas que conmigo lo sera.

- No pero tendré compañía, por favor.- Aquel puchero la hizo dudar un poco pero negó con su cabeza hasta que su amiga se acercó y la abrazo.- Mina vamos... Mitang...

- Sana sabes que si mamá se entera...

- ¿Y quien dice que se va a enterar? Si tu no dices nada y yo tampoco no lo sabrá, por favor mitaaaang....

- Esta bien, iremos un momento y después nos regresaremos.- su amiga dejo un beso en su mejilla antes de dirigirse a la puerta donde se giro para decirle algo.

- Claro que si, además el lugar que vamos es una discoteca muy reservada y no dejan pasar a cualquiera.

- ¿Como lo sabes?

Su amiga alzo los hombros y guiño un ojo antes de salir de su oficina.







Listooooos y listaaaas para la nueva historia se viene fuerte

hell in heavenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora