Capítulo 1

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Cada vez que Jisoo cantaba Love is like a snow, se acordaba de ese momento en el que Lisa Manobal fue en busca de su hermana Jennie, para declararle su amor eterno.

Ella estaba tocando la guitarra, sentada en el porche, cuando apareció Lisa para arrodillarse ante Jennie y pedirle perdón por su error tan garrafal.

Había sido un momento tan romántico… tan bonito. Y Jisoo lo había disfrutado tanto. Porque la felicidad de su hermana, también era la suya. Y Jennie merecía ser feliz más que ninguna. Además, ahora que la tenía con ella, iba a ayudarla con su problema de dicción.

Desde que Jennie había vuelto a Jeju, y desde ya hacía varias noches, Jisoo llevaba a cabo algunos ejercicios que le había recomendado la morena para intentar suavizar su tartamudez. Le había explicado que el cerebro era sinestésico y que podía cambiar de forma mediante los pensamientos y las visualizaciones. Le sugirió que se escuchara siempre antes de ir a dormir. Que se escuchara leyendo sus canciones sin melodía para que su mente asociara su voz sin trabarse con ella, que se debía reeducar y acostumbrar a oírse para que no se le disparara la ansiedad.

Jisoo se había grabado con disciplina y ahora se oía pacientemente, con los ojos cerrados, concentrada en la cadencia de su voz hablada y natural, sin colapsos ni tropiezos.

Al día siguiente, Jennie le haría una de sus sesiones matutinas, unos ejercicios
edicados a visualizar el cerebro perfectamente. De hecho, Jisoo lo había memorizado tan bien, y hasta en tres dimensiones viendo vídeos, que podría dibujarlo sin problemas. Se estaba tomando muy en serio los consejos de su hermana sanadora.

Se removió en la cama y se quitó la sábana de encima. Hacía mucho calor. Entraban en la parte más calurosa del verano y en Jeju, las temperaturas se alzaban hasta hacerse insoportables. Había perdido la cuenta de las veces que se había escuchado, y estaba claro quesa noche le costaría dormir.

Mañana tenía un día bastante ajetreado. Iría a su estudio y grabaría ahí un par de canciones en las que estaba trabajando. Y por la noche, esperaba convencer a Bambam, el hermano de Lisa para que se fueran a cenar juntos con un grupo de amigos… Porque quería despejarse.

Y, a pesar de que podría recordar de nuevo los intensos días que las Kim habían vivido unas semanas atrás, cuando se vieron envueltas en una trama política, demandadas por su Wish Pottery, acusadas de ser unas charlatana, perseguidas por un mago oscuro descendiente de Los Señores de Jeoshim; a pesar de que sus vidas corrieran peligro, y de que su hermana Jennie hubiera estado a punto de morir en  a manos de Jiyon Kwon, el brujo que quería acabar con ellas y con Seongsan Ilchulbong.

A pesar de pensar y recordar los cambios que había habido en su vida en esas últimas semanas de verano que estaban a punto de despedir, Jisoo solo podía pensar una cosa:
Rosé había vuelto a Jeju después de casi diez años sin pisar la isla. Y había vuelto quien sabe cuanto tiempo.

Así sin más.

No podía dejar de pensar en las dos veces que habían coincidido: una en el campo de fútbol, y otra en la discoteca Lío. No se veían después de lo sucedido en Londres, y de eso ya hacía cinco años… Pero la reacción al verla era la misma que experimentó veinte años atrás, cuando se encontraron cara a cara por primera vez siendo niñas.

El corazón se le paraba en el pecho y se olvidaba de respirar. Después, gracias a Dios, reaccionaba. Pero el impacto era brutal. Como un mazazo inclemente.

¿Por qué había vuelto a la isla? Ella ahí ya no tenía nada con lo que hubiera mantenido contacto. Ni siquiera con su hermana Alice.

Rosé desde el unido fue carne de revistas sensacionalistas, una promesa muy joven del deporte, hija rebelde de un multimillonario que había decidido qué tipo de vida quería llevar. Y en esa ecuación, por el camino, se olvidó de lo más importante: del amor y el respeto de su hermana. Y de ella.

BRUJAS DE SAL | PARTE 2 | CHAESOO & JENLISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora