Rosé sabía ser muy detallista y Jisoo le importaba. Cuando la castaña tomó el avión hasta Londres, pensaba sobre ello. La guitarra que le regaló era una Dean E Plus en un acabado negro clásico. Y no era una guitarra cualquiera. Estaba hecha especialmente para ella, con el grabado de sus iniciales en el mango y cuerdas moradas porque era su color favorito.
Ese detalle revelaba lo mucho que Rosé se preocupaba por ella, la atención que ponía en sus gustos personales. Además esa era la guitarra que la tenía obsesionada, Se había esforzado en conseguir lo mejor, lo idóneo y había dado en el clavo.
Es cierto que ella se fue. Que abandonó todo y decidió no mirar atrás. La dejó. Pero habían muchos modos de irse. Y Rosé lo hizo dejando huella, como era ella. Le dio a entender con ese regalo que nadie mejor que ella sabía qué quería y qué necesitaba. Tal vez era un modo egoísta de decir adiós, porque la dejó marcada, pensando en ella, agradecida por ese regalo y soñando con que algún día ella tendría la oportunidad de darle la réplica.
Nada perdía intentándolo.
Se cargó la guitarra a la espalda, y arrastró su maleta por el pavimento. El aeropuerto de Heathrow era de los más concurridos del mundo, tenía cinco terminales. No iba a hacerse la valiente ni a fingir que no sentía pavor ante aquella aventura nueva. Sabía hablar inglés, aunque podría perfeccionarlo. Seguro que se las apañaría a pesar de su tartamudez. Pero era un país extranjero, que no conocía, una cultura diferente… Ella nunca había viajado fuera de Corea. Normal que sintiera el respeto que sentía.
Sin embargo, pensó en Rosé, en todo lo que tuvo que pensar al aterrizar en tierras extrañas, solo, con el peso de la muerte reciente de su madre sobre sus hombros y entonces se dijo: «si ella pudo. Yo también».
Así que, armándose de valentía, decidió alzar la barbilla, mirar al frente e ir por su sueño. Aquel Postgrado en Música la convertiría en una creadora y compositora muy completa. Era toda la formación que necesitaba, seguramente más de la que ella en un principio pensó que le haría falta. De pequeña, suponía que solo necesitaba su guitarra para convertirse en cantautora. Pero no fue así. Además, ella quería mucho más.
Quería crear éxitos, canciones, construirlas desde el principio hasta el final, encargándose de los arreglos, la producción y la postproducción. Quería saber hacerlo todo y no depender de nadie para lograr sus propósitos. Y con todo lo que ya sabía, solo le faltaba montar su propia productora, su estudio de grabación y ponerse manos a la obra. Y aquel último Máster que haría de corta duración sería la cereza del pastel.
Pero para ser franca, pasar unas semanas en Londres le daba la oportunidad de estar en la misma tierra que pisaba la persona que amaba. Ella pisaría bien fuerte cuando diera con ella, se reafirmaría y afianzaría en su decisión de demostrarle que debían estar juntas.
Podría dedicarse a su profesión en cualquier parte, eso no era problema. Bueno, echaría mucho de menos a su isla y a su madre, su abuela, su perro… En fin, fuera como fuese, se estaba adelantando a los acontecimientos, y lo primero que tenía que hacer era ir al hotel donde se hospedaría durante aquel mes y medio que duraba el curso, dejar su maleta y sus cosas e instalarse. Cuanto antes se aclimatara, antes se haría con todo.
Rosé no estaba segura de si hacía bien o no al irla a buscar al aeropuerto. Su hermana Alice le había dado el número de vuelo y el horario de llegada, y le había pedido por favor que cuidara bien de ella. Que Jisoo no se esperaba que ella la fuera a buscar y que eso la impresionaría.
No hacían falta esos toques de atención. Jisoo era muy preciada para ella. Nadie la cuidaría mejor mientras estuviera en Londres. Ella no le quiso dar ninguna información sobre cuándo llegaría su avión porque no quería molestarla, pues sabía que debía estar concentrada en sus entrenamientos, y más ahora que se acercaban las semifinales de la Cup. Y ella tenía posibilidades de llevarse el primer lugar de la lugar europea.
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BRUJAS DE SAL | PARTE 2 | CHAESOO & JENLISA
FanfictionJisoo Kim siempre tuvo un don muy especial y también una cruz que ha sabido llevar con dignidad durante mucho tiempo. Sin embargo, lo que todavía padece y le sigue doliendo, es saber que, a pesar de que continúa en su isla, viviendo de su música, si...