Capítulo 15

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No recordaba cómo empezó. No comprendía qué demonios había pasado. Solo tenía el vago recuerdo de haber visto a la pista de esos chicos en la computadora. Después le dio al Play y lo único que recordaba a continuación era los acordes del violín electrónico, que siempre le había parecido precioso, sobre todo el de Lindsey Stirling, pero esa combinación de notas de ese en especial, le puso mal cuerpo y la mareó.

Y luego la letra...

La letra que la quemaba a fuego y la sumió en una profunda inseguridad y depresión. El pecho empezó a hacerle presión y se sintió temerosa de todo. Tanto, que le dio una crisis de ansiedad que no era capaz de detener, y que la llevó a puntos tan altos de nerviosismo que estuvo a punto de perder el conocimiento.


The witches are in danger,
The haunter walks around

There’s no song for the singer
There’s no peace under the ground.

Who dare to say NO to the King
And forbid to hold the Kwon kingdom

Wil became a bad hache
Will burn in loneliness.

Like you, you, you

My lovely

You, you
¡witch!

Las brujas están en peligro,
El cazador camina alrededor,

No hay canción para el cantante
No hay paz bajo tierra

Quien se atreva a decir No al Rey,
E impida abrazar el Reino de Kwon

Se convertirá en un dolor
Y arderá en soledad.

Como tú, tú, tú

Querida

Tú, tú
¡Bruja!

Le estaban cantando a ella. La llamaban bruja. Y hablaban del reinado de Kwon, que nadie podía ni debía detener. ¿Jiyong Kwon? ¿Pero quiénes eran esos chicos?

Después, apareció el fuego. Y no supo cómo ni dónde se originó. Pero ahí estaba. Ahora, inconsciente, después de luchar por salir de su propio estudio cuya puerta estaba cerrada, rodeada de las llamas que simulaban horrendos rostros siniestros, Jisoo lloraba inmóvil, sin oxígeno ni fuerzas para resistir. El equipo de música y los altavoces eran lo único que aún no ardía, como ella, a quien las llamas rodeaban sin miramiento alguno, como si quisieran alargar la agonía para reírse a su costa.

Iba a morir ahí. Quemada. Como una bruja. Como decía la canción. Pero en ese momento, escuchó un fuerte golpe contra la puerta que ella era incapaz de abrir, pues el pomo ardía como el mismo infierno. Ya se había quemado las manos varias veces intentándolo antes de caer al suelo desmayada.

Después del primer golpe hubo un segundo. Y un tercero. Y un grito:

—¡Jisoo!

Las Kim, encabezadas por Taeri, intentaron abrir la puerta, pero en cuanto se acercaron y escucharon la letra de la canción que estaba sonando, acompañada de aquella maligna armonía y endiablado ritmo, se detuvieron en seco. Haesook inmediatamente llevó sus manos a sus sienes y se desequilibró. Minyeong se dio la vuelta para sujetarla antes de que cayera al suelo, pero ella no estaba mucho mejor.

BRUJAS DE SAL | PARTE 2 | CHAESOO & JENLISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora