Capítulo 22

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—¿Eso es real? —preguntó Lisa casi al borde de la desesperación.

—Sí. Cuando tenemos una conexión profunda con nuestras parejas, incluso de forma inconsciente podemos oírlas. Son como leves pensamientos que se presentan, o un llamado cuando estamos llenas de tristeza o en peligro.

—Como cuando te oí llamarme —Comprendió Rosé mirando a Jisoo y la castaña asintió por fin comprendiendo aquella ocasión, cuando la rubia la encontró llorando en la playa mientras aseguraba qué ella la había llamado— supe exactamente a donde ir.

—Pero no puedo oír nada. Yo no la oigo. —las lágrimas comenzaban a brotarle. Se sentía tan impotente.

Taeri le había dicho que estaban torturando a Jennie y ella era la única que podía hallarla. Pero no sabía ni siquiera por donde comenzar.

Llevaban horas caminando por toda la reserva. Él lugar era inmenso y resultaba tan fácil perderse. Como un gran laberinto en el que todos los árboles y caminos parecían iguales. Lo peor es que estaba a punto de oscurecer y en la oscuridad de la noche es cuando urdirian su macabro plan.

—Necesitas concentrarte. Cierra los ojos e inténtalo otra vez —Ordenó Taeri.

Lisa obedeció, cerró sus ojos con fuerza y se concentró en el viento, las olas. El olor del ambiente... Podía sentir todo, incluso su corazón latiendole a mil por hora pero ni una sola señal de su morena. Acarició el tatuaje qué le recordaba a ella rogándole al universo que le permitiera encontrarla.

Pero no hubo ninguna respuesta. Solo el crepitar de las hojas.

Jen, dime donde estás. Por favor, amor. Déjame encontrarte.

A punto de rendirse, ella suspiró y negó con la cabeza. pero en el último segundo, un tono lejano y lastimero oyó una voz.

Pero no era Jennie.

—¿Quién eres? —le preguntó mentalmente

Cuando abrió los ojos se dio la vuelta bruscamente hacia un lugar por donde no había camino.

Ayuda... —repitió la voz. Era un hombre y se le hacia estrañamente familiar.

—¿Qué pasa? —preguntó Jisoo— ¿la oíste?

Lisa negó con la cabeza. —Es alguien más.

—Dios, no tenemos tiempo para esto Lalisa —intervino Taeri, pero Lisa ya había comenzado a caminar.

—Déjala seguir su instinto. Es la única manera de encontrar a Jennie —habló la abuela con seriedad.

Minyeong solo miraba el cielo y rogaba qué su hija estuviera bien. Tampoco había visto a su esposo en varios días así que el miedo se volvía cada vez mayor.

Todas caminaron detrás de Lisa. Llevaban consigo muchas cosas a la espalda, hierbas y sal mucha sal. Estaban cansadas de dar vueltas pero debían encontrar a Jennie antes del anochecer o no habría vuelta atrás.

Rosé tomó la mano de Jisoo y la acarició en el dorso para tranquilizarla. La castaña estaba muy preocupada y no era para menos. Esos malditos tenían a su hermana, la más buena y a la que le debía la vida.

—la vamos a encontrar Chu, no te preocupes —le dijo la rubia besando el dorso de su muñeca.

—¿Porque ella Rosie? Ella jamás le ha hecho nada a nadie. Ninguna de nosotras. Lo único que queremos es cuidar nuestra isla y a la gente de aquí, yo... No lo entiendo. No es justo.

—La vida entera, no es justa cariño. —habló su madre— Ellos quieren a tu hermana por lo que puede hacer. Por lo que puede darles.  Son egoístas y ruines. Están motivados por la rabia y rencor de siglos de exclusión. Fueron criados pensando que les arrebatamos algo suyo, aún cuando eso no es verdad.

BRUJAS DE SAL | PARTE 2 | CHAESOO & JENLISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora