Capítulo 8

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—Es una noche preciosa ¿no crees? —Lisa le pregunto al oído a Jennie quien sonrió acurrucadose en sus brazos.

Se habían alejado un poco mientras Jisoo volvía con las bebidas y la tailandesa la tenía abrazada por la espalda y disfrutaba del momento pleno, con su morena y su familia. No recordaba cuando fue la última vez que se sintió así, tan libre y feliz.

—lo es. Aunque parece estar demasiado tranquila. Espero que se mantenga así.

Lisa le beso la coronilla —también te preocupa lo de la tormenta ¿verdad?

Jennie dio un largo suspiro y asintió —No es normal. No en este tiempo y menos en la isla.

—Pero aquí nada parece estar mal. Está tranquilo y calmado.

—a veces ese es el problema. Hay demasiada calma y no siempre es bueno. Además desde hace un par de días no siento... —iba a decir que no sentía a su padre, pero se detuvo— siento un leve mal presentimiento.

Lisa suspiró. Había aprendido a confiar en el instinto de Jennie.

—¿entonces crees que es grave? —la morena negó.

—No grave, pero es extraño.

—Entonces debes decirle a tus hermanas o a tu madre. Sabes que tu instinto no falla, princesa.

—Lo sé, pero no es nada certero aun. No las quiero poner más nerviosas. Sobre todo a Jisoo.

—Sí, me di cuenta que estos días ha estado algo apagada ¿Qué pasa con ella? —Jennie se giro en sus brazos y la miró a los ojos.

La morena conocía perfectamente el sentimiento de querer olvidar a su pareja. Ella misma lo había intentado durante un par de semanas y fue tan doloroso que casi tuvo ganas de arrancarse el corazón. Felizmente, su agaporni había reaccionado y había vuelto a ella dispuesta a aceptarla. Pero con Jisoo había sido todo lo contrario y había llevado ese dolor en silencio por años.

—Ella tiene la desgracia por la que al parecer debemos pasar todas las Kim.

Lalisa la miró confundida y Jennie acarició su rostro con cariño

—tiene el corazón roto —le explicó— Parece estar bien. Finge ser feliz, pero no lo es Lili. Ella está sufriendo y lo peor es que no sé cómo ayudarla.

Lisa abrazó a su pareja era su modo de infundirle fuerza y apoyo. También con el deseo de resarcir el daño que le había causado en su momento de ceguera—tranquila, tu hermana fuerte, las tiene a ustedes y ahora también a nosotros.

—Sé que es fuerte, pero me preocupa igual. Ella es la más dulce de las tres. Seguro ya te diste cuenta. No tiene malicia.

—Oh claro que si. Aunque igual las tres asustan un poco. Sobre todo si están juntas—se rió— intimidan.

—¿ah si? ¿Te intimido? —la morena le picó en las costillas haciéndola reír, pero no la soltó.

—Sí, pero de la buena manera —respondió acariciando su costado con un solo dedo mientras le sonreía de lado— Tú me entiendes.

La morena negó con la cabeza riendo.

—Calma esa mano, Manobal —escuchan gritar desde el fondo a la mayor de las Kim y ambas comienzan a reír.

—y TaeRi si me asusta. —Jennie se echó a reír con ganas mientras Lisa escondía su rostro en el cuello de la morena, mientras esta le responde a su hermana:

—Métete en tus asuntos Tae.

Ambas se sacan la lengua y Lisa sonríe divertida. Parecían niñas jugueteando.

BRUJAS DE SAL | PARTE 2 | CHAESOO & JENLISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora