Duelo 4 (Capitulo II): El Puño de la Guerra.

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El Juicio Final, el torneo a muerte entre las Deidades de las Mitologías, en éste momento en el Jardín del Edén se estaba por llevar a cabo el Cuarto Duelo de éste Duelo de Panteones, en el campo de batalla, en un ¹prado verde repleto de dientes de león y rodeados por una cadena montañosa harían aparición las Deidades representantes quienes combatirian entre sí, Hanuman, el Dios representante del Panteón Hindú, y Epunamun, el Dios Mapuche quien representaba al Panteón Sudama, los Dioses tras desaparecer la luz dorada la cual los envolvía al transportarse al Jardín comenzarían a observar sus alrededores, por un lado el Dios de la Fuerza respiraría profundamente el aire fresco del sitio y luego poniéndose de rodillas para recoger un diente de león éste lo levantaría y colocándolo entre su vista y el Sol lo soplaría con ternura haciendo esparcir sus semillas por el aire, tras ésto se pondría de pié y sin dejar de ver el tallo que había quedado en su mano le dirigiría una pequeña sonrisa a su rival en lo que mencionaba,

Hanuman -Sábes... Se dice en varias culturas que cuando soplas uno de éstos y todos sus pétalos salen volando se te cumple un deseo... Es una idea algo absurda, sin embargo, de cierta forma te hace sentir cierta calidez... ¿No crees que es algo tierno?-

Tras la pregunta del Dios Hindú el Jardín se vió repleto con un amargo silencio, de pronto, el Dios Mapuche comenzaría a avanzar hacia su rival sin mostrar ninguna expresión en su rostro el cual estaba tapado por su cabello desalineado, Epunamun daba pasos firmes hacia Hanuman quien se encontraba mirándolo con tranquilidad, el Dios de la Guerra levantaría su brazo izquierdo y ya casi estando frente a su rival finalmente rompería el silencio,

Epunamun -Todo ésto, la entradita... El torneo, la luz del Sol... Me provoca jaqueca... Eres un fastidio-

Tras decir ésto y quedar de frente a su rival el brazo del Dios Mapuche comenzaría a temblar y a aumentar su tamaño, sus músculos se inflaban de sobremanera, las venas del brazo resaltaban y en cuestión de segundos éste llegó a un punto en que su puño llegó a ser apenas más chico que el cuerpo completo del Dios representante del Panteón Sudama, tras inclinar su cuerpo apenas hacia atrás Epunamun respiró profundamente y se abalanzó hacia adelante lanzándo un poderoso puñetazo hacia su rival,

[Kuwü Hueicha:²
Primer Pica].

El gigantesco puño del Dios de la Guerra daría de lleno con el cuerpo de su objetivo, el golpe sería tan potente que levantaría una inmensa nube de tierra al rededor de ambas Deidades, además de que éste provocó que los dientes de león que habían en sus cercanías terminaran perdiendo sus semillas provocando que el lugar se viera repleto de éstas las cuales se encontraban flotando lentamente en el aire, en las gradas del Laberinto de Creta la Deidades de la Tierra Prometida quienes se encontraban observando el combate se verían sorprendidos por la fuerza del Dios Mapuche y a su vez por la facilidad con la que éste había logrado efectuar el primer ataque del combate, desde la esfera de las Nornas no parecía haber ningún indicio de que el Dios Hindú hubiese conseguido evitar el golpe,

Momo -¡Y se ha efectuado el primer golpe del Cuarto Duelo!... El Dios Mapuche de la Guerra Epunamun utilizó su habilidad "Kuwü Hueicha" para brindar un poderoso golpe a su contrincante... ¿Acaso Hanuman ha sido capaz de soportarlo?-

Aristeo -Vaya, ¿Qué extraña habilidad es esa?-

Pan -¿Realmente Hanuman habrá recibido de lleno ese ataque?-

En el prado donde se llevaba a cabo la batalla la silueta del Dios de la Guerra se dejaba vislumbrar lentamente a medida que la nube de tierra que los cubría se encontraba desapareciendo con la suave brisa del lugar, Epunamun mantenía su puño en frente, sin embargo, por alguna razón éste se encontraba serio y tras quitar su brazo al regresarlo a su tamaño original parecían haberse confirmado sus sospechas, de pié frente a él se encontraba Hanuman, el Dios Hindú se veía sonriente con sus puños cerrados apoyados en su cintura adoptando una postura y un semblante que denotaba confianza y alarde provocando una gran molestia en su rival, para la sorpresa de Epunamun su ataque no solo parecía no haber surtido efecto alguno en su contrincante el cual parecía ni siquiera haberse ensuciado tras éste, si no que el Dios de la Fuerza se había mantenido inamovible, no había retrocedido ni tampoco había cambiado su postura, ni siquiera se habría movido un solo centímetro tras el golpe del Dios representante del Panteón Sudama, éste retrocedería extrañado y frunciendo el ceño adoptaría una postura más ofensiva, lanzando nuevamente hacia atrás su cuerpo a la par que ésta vez hacia crecer de tamaño su brazo derecho, Epunamun daría un pequeño salto hacia adelante y con ésto lanzaría nuevamente otro puñetazo con su puño gigante, sin embargo una vez más Hanuman decidiría mantenerse inerte sin cambiar siquiera su postura recibiendo así de lleno el ataque de su rival, otra vez el puño lograría atinar con ferocidad en su objetivo, ésta vez el golpe no solo levantó una gran nube de tierra y polvo si no que éste generó una gran corriente de aire que dispersaría la tierra en segundo y haría volar más de las semillas de los dientes de león en el prado, las Deidades en las gradas del Laberinto no comprendían la razón por la cual Hanuman no intentaba aunque sea evitar los poderosos golpes de su rival, sin embargo, los Dioses del Panteón Hindú se encontraban confiados y sonrientes, éstos conocían las habilidades de su compañero y sabían que tales ataques no conseguirían hacer efecto en él, en el Jardín Epunamun retiraría su brazo y lo regresaría nuevamente a su tamaño normal, tras ésto vería con rabia como su contrincante continuaba de pié observándolo de manera burlesca y sin siquiera haberse movido, el Dios Mapuche se encontraría un tanto confundido pero antes de cualquier tipo de reacción el Dios de la Fuerza finalmente cambiaría su postura y se lanzaría al ataque velozmente logrando conectar un rodillazo en el estómago de su rival quien retrocedería varios pasos hasta alejarse unos cuantos metros, luego Hanuman arremetería de nueva cuenta en contra de Epunamun quien esquivaría un par de puñetazos que se dirigían hacia su rostro, tras ésto éste aumentaría el tamaño de su brazo y lanzaría otro golpe con su puño acertandolo nuevamente y una vez más viéndose sorprendido dado que sus golpes no surtían efecto alguno en el Dios Hindú, éste aprovecharía la incertidumbre de su contrincante y golpearía su brazo con tal fuerza que Epunamun saldría volando estrellándose contra una de las montañas que rodeaban el prado,

Apolo -Es demasiado... A simple vista cualquier persona se puede percatar del amplio poder destructivo que posee el "Kuwü Hueicha" de Epunamun, sin embargo... Había oído hablar del "Cuerpo Indestructible del Dios de la Fuerza Hindú", por supuesto que si... Pero ésto, es ridículo, trasciende mis expectativas-

Aristeo -¿Cuerpo Indestructible?, ¿Hablas de Hanuman?... Yo tan solo he escuchado su nombre, y sobre su fuerza-

Atenea -Hanuman, el Dios Invulnerable, se dice que se le regaló al Dios de la Fuerza un cuerpo totalmente Indestructible, se lo compara en resistencia con el "Vajra de Indra" creo haber oído, pero realmente no pensé que fuese a ser cierto-

Aristeo-¿Invulnerable?... ¡¿O sea que Hanuman es inmune a cualquier ataque de Epunamun?!-

Curupira -Merda, ¿De que é feito ese Dios?-

Momo -¡Epunamun dió los primeros compases en éste cuarto Duelo, sin embargo a pesar del exagerado poder bruto que poseen sus ataques el Dios Hindú ni siquiera se inmuta ante éstos, ahora, Hanuman hizo gala de su fuerza y lanzó por los aires a su contrincante!-

Agni -¡No importa que tan fuerte sea el Dios que tenga en frente, nunca lograrán dañar realmente al Dios de la Fuerza!-

Los Dioses Hindues en las gradas del Laberinto sonreían como dando por hecho que Hanuman ya tenía la batalla ganada, en el Jardín éste mismo se acercaba lentamente hacia su rival, tras el impacto Epunamun se encontraba cubierto de tierra y rocas, éste se tomaría la cabeza y sobandose levantaría la mirada clavando sus ojos en los de su rival, el Dios representante del Panteón Hindú se detendría y nuevamente comenzaría a hablar,

Hanuman -¿Que tal?... ¿El golpe curó tu migraña amigo?-

Epunamun -Jeje... Nada mal Dios de la Fuerza, le haces honor a tú nombre-

Hanuman -Que bueno... ahora Dime, ¿Pretendes continuar con el combate?, Te advierto, que no serás capaz de dañarme Dios de la Guerra-

Epunamun -Que Fastidio... ¿Ya pretendes que me rinda?... Te diré algo simio, tu puedes tener un cuerpo Indestructible, pero verás, en todo el Panteón Sudama, no existe algo más duro que mi cabeza, y si piensas que no seré capaz de destruirte, entonces puedes soplarme la corneta-

Hanuman -Jajaja que vulgar... Perfecto, entonces demuéstrame lo que piensas hacer-










¹Recordatorio de que el Jardín del Edén es prácticamente un continente repleto de ecosistemas variados en el cual los Dioses Representantes pueden aparecer al azar en cualquier parte de éste.

²Mano de Guerra en Mapudungun (Lengua Mapuche).

El Juicio Final: Duelo De PanteonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora