El Juicio Final: Duelo De Panteones

Duelo 4 (Capitulo IX): Ramayana.

~Hanuman, el nombre perteneciente a una Deidad Hindú, Dios de la Fuerza, y símbolo de rectitud, de devoción, pero también, símbolo de un espíritu inquebrantable.
Gracias a los esfuerzos de su padre Vayu, el Joven Hanuman pudo crecer con la normalidad que, dentro de todo, se le puede adjudicar a la vida de una Deidad, el pequeño Dios simio crecería fuerte y repleto de comodidades, sin embargo, había algo que le generaba cierta incomodidad o inquietud, una sensación que no podía explicar, Hanuman sentía que necesitaba emprender un viaje, recorrer la India, y sin saber porqué, ante la necesidad de buscar "algo", el Dios de la Fuerza se dejaría llevar y saldría al mundo, al igual que alguna vez supo hacer su padre el Dios del Viento. Hanuman recorrería lo ancho y alto de la India, sin lograr deshacerse de aquella sensación, y no fue hasta que llegó al reino de Ayodhya que finalmente encontró lo que tanto buscaba...
Hace mucho tiempo, cuando Vayu le llevó al rey Dasharatha aquellos granos de arroz, este se los dio a sus esposas, tal como Brahma había dicho, y tal como el Dios de la Creación había anunciado, de aquel suceso nacerían cuatro poderosas Deidades, Laksmana, Satrughna, Bharata y Rama, siendo este último quien heredaría el trono, convirtiéndose en el Dios Rey. Cuando Hanuman llegó al reino sintió rápidamente un escalofrío que recorrió su espalda, de alguna manera el Dios sintió un impulso que lo llevaría hacia el palacio del rey, siendo ahí que finalmente culminaría su búsqueda. Al nacer, los cinco Dioses procreados a través de los granos sagrados de arroz adquirieron cierta conexión, de alguna manera, los cinco estaban destinados a encontrarse, y aquel fue el día que finalmente se reunieron, al instante y como una punzada ambos Dioses al verse comprendieron la situación,

Rama -Entonces... ¿Vos sos el quinto?-

Hanuman -¿El quinto?... ¿Habían más granos sagrados?-

Rama -Jaja, veo que tu padre Vayu no te lo había mencionado... Pues, sí, habían cuatro granos más-

Hanuman -Ya veo... No esperaba esta situación, es eso entonces lo que tanto buscaba, vos sos lo que tanto buscaba-

Rama -Finalmente, estamos todos, no sabes lo feliz que me hace... Estás en tu casa, somos tus hermanos-

En ese momento, y a pesar de apenas conocerse, ambos Dioses se prometieron lealtad, sin siquiera decir una palabra, simplemente con sus miradas cálidas se dieron a entender, y tal como si fuesen hermanos de sangre, lo cumplieron.
Hanuman se quedaría a vivir en Ayodhya con los demás Dioses, aprendiendo de ellos, y ayudando al reino, pero con quien más tiempo pasaba era con Rama, quien hacia las de hermano mayor para los demás, el Dios Rey ayudaba al hijo de Vayu siempre que podía, y lo entrenaba para que este se volviese más fuerte,

¹[Bharata
Panteón Hindú: Dios Virtuoso].

Bharata -Vamos Hanuman, no puede ser que Rama te derribe con tanta facilidad, ¿Eres el Dios de la torpeza?-

Hanuman -Tsss, idiota-

Rama -No le hagas caso, solo quiere alentarte a su manera, ya lo sabes-

Bharata -¡Ponte de pié simio!-

Rama -Dime Hanuman, ¿Vas a rendirte?... ¿O vas a ponerte de pié?, ¿Vas a seguir luchando, sin importar cuantas veces te derribe?-

Hanuman -¿Cómo?... Por supuesto, siempre me levantaré... No importa quien tenga en frente, deberán destruir mi cuerpo por completo si planean vencerme-