El Juicio Final: Duelo De Panteones

Duelo 2 (Capitulo II): Las Diosas de la Luna.

El Juicio Final, el Duelo de Panteones, la segunda batalla del torneo entre Dioses finalmente estaba por comenzar, ésta vez se estarían enfrentando el Panteón Mexica en contra del Panteón Sumerio, en el Jardín del Edén las Diosas que se enfrentarían se encontraban estaticas, con la cabeza en alto mirando la luna llena que se encontraba radiante en el cielo estrellado, casi como si el satelite fuese hipnótico, pronto, una de las dos Diosas rompería el silencio,

Ningal -Es hermosa, ¿Verdad?-

Metztli -Si... Totalmente lo es-

Ningal -No sabía que se podía cambiar el cielo del Jardín, es un lugar espectacular-

Metztli -Pienso lo mismo, hasta me dan ganas de quedarme así por horas... Sin embargo-

Ningal -Lo se, ésto es una pelea a muerte... La verdad no me llaman la atención tanto como a las demás deidades-

Metztli -¿Hablas de luchar?... Pero si es algo genial, toda la adrenalina y tratar de superar a tu rival o hasta tratar de superar tus propios límites-

Ningal -Lo se... Solo no me emocionan tanto-

Metztli -Bien, en ese caso... Intentaré que ésta sea una experiencia emocionante para ti-

Metztli bajaría la mirada, dejando de mirar a la luna y clavaría sus ojos en su contrincante, con una gran velocidad la Diosa Azteca se lanzó al ataque, en cuestión de segundos la Diosa se la Luna se encontraba frente a su rival la cual continuaba mirando con ternura el satélite en el cielo nocturno, como si no se hubiese enterado de que su contrincante había comenzado su arremetida, Metztli dirigió rápidamente un puñetazo al rostro de su rival, sin embargo antes de que este pudiera conectar con la Diosa de las Cañas esta levantó velozmente su pierna izquierda y consiguió atinar un rodillazo en el estómago de la representante del Panteón Mexica,

Ningal -Si bien no me llama la atención luchar... Si considero que ésta puede ser una batalla emocionante-

Querella -¡Y se ha efectuado el primer golpe de ésta segunda ronda! ¡Cuando todo aparentaba que Ningal iba a continuar en su trance mientras la primera en dañar a su rival en ésta pelea sería Metztli, la Diosa de las Cañas sorprendió a todos con un rodillazo al estomago de la Diosa Azteca!-

Nannar -Difícilmente lograrán sorprender a Ningal, ¡La amo tanto!-

Yacatecuhtli -Vaya... ¿Acaso esa Diosa atacó sin ver a Metztli?-

La grada parecía haberse sorprendido con el ataque de la Diosa Ningal a pesar de no ser algo especial, sin embargo, tal vez el golpe no había sido tan poderoso como para dañar a una Diosa, pero había algo que impresionó a Metztli en ese ataque, y es que la Diosa Sumeria había evitado su ataque a la vez que atacado y ésto sin mirar a su rival, Ningal, la Diosa de las Cañas finalmente bajó la cabeza apartando su vista de la brillante luna, y tras ver con un rostro de tranquilidad directo a los ojos a su contrincante la Diosa levantaría su brazo derecho y tras abrir su mano ésta comenzaría a brillar de un resplandeciente color blanco, de pronto en la mano de Ningal aparecería una Caña de bambú de un metro aproximadamente, la Diosa Sumeria abandonó su recta postura serena y agarrando con ambas manos su bambú atacaría a su contrincante dándole un golpe en el rostro que mandaría a la Diosa Azteca a volar contra un árbol quebrando su corteza, la Diosa de la Luna se sentaría y mientras balbuceaba se acariciaba el rostro con ambas manos,