Niño precoz

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Will era un hábil pescador, impresionó incluso a sus tíos y eso ya era algo que decir, Hannibal había  pasado el día entero viéndolo preparar sus anzuelos, hablar de cañas con su tío y lanzar la red  al mar, obteniendo una pesca generosa, por la tarde Hannibal se había ofrecido a ayudar a su tía a preparar la cena

"No te preocupes Hannibal, tengo todo bajo control"

"Insisto, tía...no perdería la oportunidad de aprender a preparar mariscos con técnicas orientales, por algo la cocina japonesa es de la mejores del mundo"

Eso era cierto, Hannibal como aficionado de la cocina no mentía, pero su verdadera razón para insistir tanto en ayudar se debía realmente a que quería cocinar con sus propias manos lo que su amado Will le había proveído desde el mar

Langostinos en salsa de soya, arroz gohan, sopa miso y sake para beber

La mente de Hannibal divago, si él y Will quedarán varados en una isla desierta no le importaría en lo absoluto, al contrario, viviría felizmente cocinando lo que Will pescara para ambos, podría incluso cazar, recolectar y cultivar, construir un paraíso en medio de la nada solo para los dos, era una utopía, solo él y su amado Will por siempre

- ¿Tiene hijos, profesor Graham? -

Pregunto Robertus, ya con la cena servida y todos sentados alrededor de la mesa, la charla era amistosa y fluida,  hablaban de lo bueno que era Will en su trabajo, sobretodo ayudándolos como a Hannibal

- no - respondió Will - la verdad a excepción de Hannibal, creo que no le caigo muy bien a los niños -

- oh, no diga eso - respondió Murasaki - el director Crawford nos habló de usted y dijo que es muy popular entre los alumnos -

Dolorosamente cierto, Hannibal siempre al pendiente de todo lo que involucrará a Will, había escuchado lo que sus compañeros opinaban de Will, decían que al principio podría dar miedo y ser estricto, pero era paciente a la hora de enseñar y muy directo, lo que lo hacía un gran profesor, también había escuchado a las alumnas de grados  superiores, que lo consideraban el maestro más sexy y lindo de todos, eso molestaba a Hannibal, pero sabía que ninguna de ellas tenía realmente el coraje para acercarsele, por lo cual era más una especie de "amor platónico" para ellas, salvo tal vez Margot Verger, Hannibal había visto a Margot muy cerca de su Will y eso le había dado la señal de ser más rápido en sus intenciones

- creo que existe una gran diferencia entre ser maestro a un padre - dijo Will aclarandose la garganta - los maestros educamos y tratamos de guiar a nuestros alumnos pero estamos limitados a lo que podemos enseñarles dentro del aula, los padres en cambio son sus guías fuera de esta, va más allá de educar, es formar, ayudarlos a crecer...amarlos -

Hannibal escuchaba embelesado a Will, tenía toda la razón del mundo, pensó que era una lástima que  no pudiesen ser más cercanos por su relación alumno/maestro, si tan solo Will fuese su tutor de ley él podría ayudarlo a crecer, formarlo y amarlo como tenía que ser

- bueno, si algún día se casa y tiene un hijo, seguramente será un padre excelente -

Hannibal oculto una mueca tras su vaso, que atrevimiento el de su tío, insinuar que Will se casaría con alguien que no fuese él

○○○

La cena acabó, la noche era fría y todos se retiraron a sus camarotes para descansar, era más de media noche y Hannibal no podía conciliar el sueño, no podía sabiendo que el amor de su vida se encontraba solo cruzando un estrecho pasillo, una idea loca cruzo su mente entonces, se levantó de la cama y se puso las pantuflas en la obscuridad, saliendo de su camarote lo más silencioso posible, fue hasta la puerta de Will y con alegría noto que estaba abierta, la abrió un poco para mirarlo desde la rendija y lo vio ahí dormir tranquilamente, inhalo discretamente su aroma, fundido en la sal como el agua del mar, era tan hermoso y etéreo con los rizos desparramados sobre la almohada y el sudor bajando por su cuello hasta su pecho, llevaba una vieja camiseta blanca puesta, que marcaba deliciosamente sus clavículas y pecho, Hannibal se relamio instintivamente, deseaba tanto acercarse a él y tocarlo, sentir su calor y lamer su piel, recordó entonces aquella vez que Will le dio respiración boca a boca, como sus labios se posaron sobre los suyos

La balada del cordero negro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora