Capitulo Veinticuatro: Personas Especiales

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Colin

No me cansaría de mirarla jamás, es algo que podría hacer todo el día, y soy consciente de que sueno como un pervertido acosador, pero es mi esposa y tengo derecho a hacerlo.

No me gustaba despegarme de su cuerpo por la mañana, por mí me quedaría todo el día con ella. Era martes de la tercera semana, pensar en eso me causaba una rara sensación en el estómago, normalmente estos pensamientos venían a mí por la noche, imaginar cuándo ella se fuera y lo raro que se veía mi vida sin ella. Borraba esos pensamientos abrazándome a su cuerpo de una forma tan posesiva.

Unos toques en la puerta me hicieron apartar la cabeza de mi trabajo, odiaba ser interrumpido así que mi secretaria solo lo hacía cuando era realmente urgente.

—Señor Miller, su hermana está aquí —anuncia asomando la cabeza por la puerta.

Es raro que Camille esté aquí, odia presentarse a la oficina desde que nació su hija.

—Dile que pase.

Unos minutos más tarde aparece delante de mí con mi sobrina tomando su mano, en cuanto me vio sus ojos se iluminaron con amor y corrió hacia mí.

—¡Tío Colin! —sus manos se enredaron en mi cuello subiendo a mis piernas—, mamá dijo que nos compraría un helado.

Dejo un beso en su cabeza mientras la rodeo con los brazos. No me gustaban los niños, ella era la única a la que quería porque era mi sobrina, y ahijada. Además, viví con ella dos años, es difícil no encariñarse.

—Dije que te compraría un helado a ti.

—Pero al tío Colin también le gustan los helados, y él no tiene a nadie que le compre un helado —hace un puchero—, también le compraremos uno.

Solté una risa, Camille no sabía decir no a esa mirada. Samantha es su karma, mi hermana siempre suele usar esos ojos para convencernos a Chris y a mí, así no podíamos decir no. Samantha aprendió ese gesto de manipulación de ella.

—Bien —toma asiento frente a mí.

Saco algunas hojas recicladas de mi cajón y se las doy a mi sobrina para que dibuje en la mesa en medio de la pequeña salita que tenía ahí.

Dirijo mi atención de nuevo a mi trabajo, diseñando los últimos detalles del nuevo auto que creé.

—¿Qué es eso? —estría la cara para mirar más de cerca.

—El nuevo prototipo que hice, tengo que ajustar algunas cosas.

—¿Puedo ayudar?

Giro la computadora enseñándole los anteriores diseños, los errores que tenía y lo que teníamos que mejorar. Comenzamos a discutir sobre los detalles como carrocería y sistemas eléctricos, era lo único que faltaba para que el carro comenzara a fabricarse.

Pasamos dos horas arreglando detalles, mientras mi sobrina fue a comer con mi secretaria. Fuimos interrumpidos por mi abuelo, él entró a la oficina con Jordan y Jackson, los tres miraron mal a mi hermana, la cual les sacó el dedo medio.

—¿Qué hace ella aquí? —pregunta Jordan de manera molesta—, se supone que yo tenía que hacer ese trabajo con Colin.

—Tomando en cuenta que tenías que estar trabajando conmigo desde hace meses y no lo hiciste, Camille puede estar aquí ayudándome con todo derecho.

Mi hermana sonríe de manera burlona.

—Lo hubiera hecho si no...

—No vine para que pelearan —interviene mi abuelo—, quería que Jackson aprendiera de ti viendo cómo va quedando el nuevo prototipo.

Cinco Semanas (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora