VIII

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Había pasado ya una semana desde el encuentro en el bar con Chiara. Violeta no podía dejar de pensar en los profundos ojos de la pelinegra, en sus palabras de arrogancia y su actitud soberbia.

Le hervía la sangre y a la vez le traía de cabeza aquel juego que tenia con la ojiverde.

Hoy tenían clase, a violeta y su grupo les tocaba pasar toda la mañana en la facultad. Le daba bastante pereza, eran clases bastante densas y aburridas; lo único que le animaba es saber que la ultima clase, Psicología de la interacción social era la única clase en la que coincidía con Chiara.

Se habían visto por la facultad, pero solo intercambiaban alguna mirada en la lejanía y nada mas. Violeta sentía como la ojiverde la observaba a cada momento que podía, pero no sabia como interactuar con ella en esas situaciones.

La mañana se paso bastante lenta, ademas era un día con un aura triste, llovía bastante, el aire estaba cargado y la niebla luchaba por apoderarse del paisaje.
La morada iba por el tercer café, lo pidió en la cafetería y salió a la puerta a fumarse un cigarro antes de entrar a su ultima clase, sentía que hoy lo necesitaba.

Mientras inhalaba el humo, veía a la gente correr por el aparcamiento a causa de la tormenta que se había posado sobre el cielo de la ciudad.

En ese momento entro en el aparcamiento una moto que coincidía con las características de aquella que había visto la noche que salieron pasando enfrente de su portal, aunque no estaba segura por la falta de luz que había esa noche.

De ella se bajo la pelinegra. Las gotas de agua se deslizaban por la piel de su chupa.
La joven se deshizo del casco y se coloco el pelo, a la morada le pareció muy sexy aquella escena; la pelinegra le dedico una mirada furtiva en la que sus ojos se encontraron y se dirigió hacia la puerta del edificio principal.
Violeta hacia rato que había terminado su café y su cigarro, pero decidió esperar para entrar cuando vio aparecer a la morena, quería ver si al pasar por delante de ella le dedicaba algunas palabras. Se quedo apoyada sobre una pierna en la pared.

La pelinegra se aproximaba cada vez mas, subió las escaleras y tras una mirada rápida y seca a la pelirroja entro en el edificio, sin decir nada.

A violeta le decepciono un poco aquella interacción, pero tampoco sabia que podía esperar de la motera. Se decidió por fin a entrar en su clase.

Ella se sentó con Denna, y Chiara en el mismo sitio que la ultima vez, justo detrás de ella.
La clase fue bastante decente, era una materia bastante interesante por lo que no se hacia demasiado pesada.

La morada paso la clase pensando enfadada en la no interacción con Chiara, estaba un poco molesta con ella. La conversación de la ultima noche la dejo un poco confundida, por que era obvio que había un poco de tonteo detrás de todo el pique, le tenia que dar la razón a su amigo Paul, por que ella también pensaba que Chiara estaba ligando con ella.

La clase termino antes de lo previsto y los alumnos comenzaron a salir de la sala.
La tormenta había amainado bastante, pero las secuelas de la tremenda tromba de agua que había azotado las calles se hacia presente en los bordes de la carretera.

-uf, sigue lloviendo mucho, yo no estoy acostumbrao' a esto eh- dijo alvaro sacudiendo sus manos

- me da bastante pereza mojarme- apunto Denna- creo que me voy a esperar un poco en la cafetería a ver si para-

Alex se quedo con ella; Alvaro, Paul y Martin se fueron hacia la parte de bellas artes a la inauguración de la expo de una amiga de los tres.
Violeta por el contrario, abrió su paraguas y con sus cascos comenzó a caminar bajo la lluvia. A ella no le desagradaba ese clima, se respiraba un aire distinto y aunque se le encrespase el pelo, no le importaba. O eso pensaba.

Caminando por la acera se detuvo un instante para atarse el cordón del zapato, por que lo estaba empapando de llevarlo a rastras por toda la acera, de espaldas a la calle, no se percato como se acercaba el autobús, que pasando por su lado a una velocidad mas elevada de la que debería, avanzo por encima de una alcantarilla atrancada y salpico a la morada, empapándola de pies a cabeza.

Violeta maldijo todo lo que se le ocurrió, bajaron los mismísimos santos a visitarla.

Escurrió como pudo su sudadera y el bajo de sus pantalones y continuo de muy mal humor su camino.

A los pocos minutos, a su lado, se detuvo una motocicleta. No quiso ni mirar quien era, por que se lo podía imaginar y no le hacia ninguna gracia ponerse a discutir en ese momento.

La moto avanzaba despacio por el borde al ritmo de sus pasos.

-ey- escucho la morada a su lado

Between Us (entre nosotras) // KiVi (Violeta y Chiara)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora