XXXVIII

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Después de su tórrido encuentro, y de las declaraciones de amor mutuo con un precioso final, que culmino con la formalización de su relación. Las protagonistas se pusieron cómodas y comenzaron con la cenar; por que, como es lógico, tenían mucha mas hambre que antes.

Violeta tuvo que preparar una nueva sopa, pues la que tenia al fuego antes se había consumido al completo. Aunque no pareció importarle lo mas mínimo.
Por el contrario, Chiara preparaba un par de platos con algo de embutido, queso y fruta.
Los gestos de cariño entre las chicas se sucedían casi de manera instantánea, cada vez que tenían la mas mínima oportunidad, lo aprovechaban al máximo, se rozaban, se abrazaban por sorpresa, se besaban; la felicidad que ambas desbordaban hubiera contagiado una sonrisa bobalicona a cualquiera que hubiera estado presente.

Chiara se acerco a Violeta y le rodeo la cintura con sus brazos hundiendo su nariz en la nuca de la pelirroja. Violeta se estremeció ligeramente por el calor de su respiración contra su piel y ronroneo buscando mas cercanía con la morena mientras seguía removiendo la sopa.

-sabes una cosa?- pregunto la ojiverde con un tono sensual en sus palabras

Violeta negó con la cabeza

-desde que tienes novia estas mas guapa- y empezó a repartir besos por su cuello

La respuesta de la pelirroja fue en forma de una sonora risa hechando hacia atrás la cabeza dejando un camino despejado por su yugular, espacio que no desaprovecho Chiara que aprovecho para dejar unos leves mordiscos, tensando la espalda de la pelirroja.

-Kikiii...- dijo arrastrando la ultima letra de su apodo casi en un suspiro -como no pares nos quedamos sin cena otra vez-

A violeta le estaba costando horrores no girarse y lanzarse sobre su boca, pero sabia que eso haría irremediable repetir la situación de hacia 10 minutos; aunque no le hubiera importado, con esa chica nunca se le quitaban las ganas, siempre tenia fuerzas para un poquito mas.

-soy muy fan de la sopa- dijo sobre su oido mientras colaba una mano por dentro de la camiseta de la pelirroja -pero lo soy aun mas de ti-

Violeta sujeto su mano, pues ya veía el rumbo que quería tomar y la paro -Chiara Oliver, estate quieta- dijo seria mientras Kiki sacaba su mano de dentro de su prenda.

La morada se giro para quedar frente a ella.

-te prometo que tengo las mismas ganas de comerte otra vez que tu a mi; pero en serio, necesito comer algo si no quieres que me desmaye antes de llegar a la habitación-

La morena rodó los ojos y emitió un largo "vaaaaale" en señal de que había entendido la petición de su novia.

Violeta le cogió por los mofletes con una mano estrujándolos haciendo que pusiera boca de pato y añadió casi sobre sus labios -así me gusta, que acates obediente- dejo un beso sonoro sobre sus labios- luego después de cenar, hablamos- y le guiño un ojo

Chiara entendió a la perfección lo que le había querido decir, por lo que se sentó a la mesa a cenar en su compañía.

Antes ni tan siquiera de que a Violeta le diese tiempo a sentarse a la mesa, llamaron al timbre.

Las dos chicas se miraron extrañadas, pues era bastante tarde y por supuesto que no esperaban a nadie. Se miraron con el ceño fruncido y Chiara le hizo gesto para que no dijera nada.

Después de los acontecimientos de los últimos días, lo que hacia falta es que algún puto imbecil se personara en la puerta de la casa de Violeta.

Chiara trato de pensar con velocidad, se levanto de la mesa y agarro uno de los cuchillos mas grandes que encontró sobre la cocina de la encimera.

Volvieron a llamar.

La morena le hizo un gesto a su compañera para que se quedara sentada, pero esta sin dudarlo un segundo, se coloco a su lado de la manera mas silenciosa que pudo.

A Chiara el corazón le iba a mil por hora, no sabia que esperarse de esa fortuita visita a altas horas, pero estaba claro que nada bueno, nadie llamaría a un timbre de una casa, un día de diario, cerca de las 12 de la noche.
Su cabeza no podía dejar de pensar que podrían ser algunos de los hombres de su padre, pero no tenia sentido, pues esa misma mañana había llegado a un acuerdo con el para proteger por encima de todo a la pelirroja, y su padre le había jurado que si cumplía su parte del trato, no le pasaría nada a su chica.

Su padre era despiadado, pero por eso mismo, ese tipo de gente mantiene el honor y la palabra por bandera. O simplemente quería pensar que así sería.

La pelirroja se asomo por la mirilla sigilosamente.

No vio a nadie y le hizo un gesto a Chiara para que la entendiese.

La morena quiso mirar por ella misma, y era cierto que no había nadie, pero apoyado en el felpudo pudo ver que descansaba una pequeña cajita de cartón. Frunció el ceño y miro a Violeta extrañada.

Esta le devolvió el gesto.

Chiara coloco la mano sobre el pomo de la puerta para abrirla, pero Violeta la detuvo.

"¡Que haces!" "¿no pensaras abrir?" Susurro casi en inaudible, pero fue suficiente para que la escuchase.

Chiara coloco su otra mano sobre el brazo de Violeta para transmitirle confianza, mientras asentía con la cabeza indicándole que no iba a pasar nada. La pelirroja automáticamente confió, y en ese instante pensó que jamas había confiado tanto en alguien como lo hacia en Chiara.

Finalmente abrió la puerta, sostuvo la caja entre sus manos y la llevo dentro de casa mientras cerraba tras de sí.

Violeta la miro con extrañeza y la siguió camino al sofá donde se sentó a su lado mientras sobre las piernas de Chiara descansaba aquel objeto misterioso.

-Kiki- la detuvo Violeta antes de que pudiese abrirlo- y si es peligroso...- en sus ojos se reflejaba cierto temor, pues no sabia que había dentro de la caja, pero es que podía ser cualquier cosa. Si hasta podían hacer cartas bomba, por que no lo iba a ser esto.

Chiara pareció leerle la mente, y de forma muy calmada, cogió la mano de su chica entre las suyas y la acaricio -escucha amor, les sirvo mas viva que muerta, así que no creo que sea una bomba...- hizo una pausa cuando vio la mueca de Violeta- ademas, si hubieran querido matarme, ya lo habrían hecho-

Al fin se decidió a abrir la caja, y lo que encontraron dentro fue algo que ninguna podía esperarse.

Violeta miro extrañada dentro de la caja y luego a Chiara, y se percato de que en su rostro no había desconcierto, si no mas bien, un brillo peculiar en sus ojos, como melancólico, como esperanzador.

Dentro de la caja había una nota escrita en un trozo de papel cualquiera con lo que parecían unas coordenadas, y un gladiolo.

Between Us (entre nosotras) // KiVi (Violeta y Chiara)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora