XXIV

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(Pov Violeta)
Salimos de la ducha, ella se notaba que había liberado tensión, yo también; pero aun me quedaba mucha mas por liberar.
Me envolví con una toalla blanca y a ella la rodee con una azul.
Tirito ante mi tacto y escondió su cabeza en el hueco de mi cuello, dejando pequeñas caricias con la punta de su nariz.
Yo me estremecí ante su tacto.
Cuando se separo de mi, sus ojos habían cambiado de color, se habían oscurecido borrando por completo la tonalidad aguamarina que los bañaba, se podía aprecia un brillo distinto en ellos.
Vi como en su boca se pintaba una sonrisa de lado que me dejo claro que algo se le estaba ocurriendo. A ver si yo podía sobrevivir a las fantasías sexuales de esta diosa.

Me indico con un golpe de cabeza la dirección de la habitación y yo obedecí.

Al entrar, apresuradamente se deshizo de mi toalla y de la suya, comenzando a besarme con aun mas necesidad y repartiendo lametones por mi cuello, acto que me encendía como un mechero.

La piel me ardía, necesitaba con necesidad que acallara mi necesidad, la necesitaba.

Con un gesto osado me empujó encima de la cama. Caí tendida sobre ella esperando que se colocase encima de mi, encajando nuestros cuerpos.
Sin embargo no lo hizo. Me sujeto por los gemelos y me dejo sentada al borde de la cama.
Me dedico otra de esas sonrisas de lado que ya iba conociendo bien y tanto me gustaban.
Se alejo por un momento de mi, para coger el espejo de cuerpo entero que adornaba mi habitación y colocarlo frente a mi.
-quiero que nos mires- espeto implacable
Me cogió la cara por la mejillas y me susurro muy cerca de la boca -quiero que veas como te corres-
Aquellas palabras, aquella osadía, aquel tono dictatorial... podría hacer todo lo que me ordenase en estas situaciones.
Me lance a su boca con necesidad aferrando mis manos a su cuello.
Su tacto era puro erotismo cuando sus manos recorrían mis curvas.
Poco a poco empezó a descender sus besos por mi escote, deteniéndose en mis pechos, saboreandolos y lamiéndolos. Repartiendo en ocasiones pequeños mordiscos en mis pezones que mezclaban dolor y placer en mi interior.
Los brazos me flaquearon y quise recostarme sobre la cama.
-no te tumbes- dijo con un tono serio -mírate- y se giro hacia el espejo donde nuestros ojos se encontraron.
Aquella escena era el máximo esplendor del erotismo. Ver a aquella mujer, arrodillada ante mi, dispuesta a hacerme gritar de placer. Esta escena incendio mi interior y como la pólvora se propago dando un pinchazo en mi centro que ella noto.
Siguió descendiendo por mi abdomen, repartiendo besos húmedos, caricias y lametones desde mi ombligo surcando por el centro de mis pechos y terminando en mi barbilla con su lengua arqueada.

Retomo su trabajo y volvió a la zona de mi abdomen para continuar bajando.
Con sus manos abrió mas mis piernas para colocarse arrodillada en el suelo ante ellas.
Yo miraba como podía al espejo, ya que me costaba mantener los ojos abiertos ante su desmesurado tacto y las corrientes eléctricas que me provocaba.
La imagen era puro arte, toda su espalda tatuada con un par de mechones negros que le caían desde los hombros, y yo, frente a ella, completamente desnuda dejándome hacer y deshacer a su antojo.

Ella se giro para encontrar mi rostro ensimismado a través del espejo.

-te gusta lo que ves?- pregunto altanera

Yo mordí mi labio inferior y asentí sin despegar la mirada del reflejo de sus ojos.

Se volvió hacia mi y susurro -a mi mas- y hundió su boca en mi entrepierna cogiéndome de improvisto y provocando un gemido sonoro a un alto volumen que pareció le gusto.

Ella manejaba su lengua lascivamente entre mis pliegues y yo intentaba no desprender mis ojos del espejo para poder recordar siempre aquella imagen que la morena me estaba brindando y que se convertirá en mi fantasía por antonomasia.
No iba a poder retenerlo mucho mas dentro de mi, me ardía ya la piel y mis piernas comenzaban a temblar. Chiara supo leer mis reacciones y elevo el ritmo, acercando sus dedos a mi entrada, acariciandola y penetrándola suavemente.

Iba a estallar

Sujete su cabeza contra mi centro cuando una serie de temblores hicieron mella en mi. Se me arqueaba la espalda con violencia y acercaba instintivamente mi cadera hacia su boca, intentando reducir un espacio ya inexistente, pues la pelinegra estaba sumida por completo entre mis piernas.

Aquella escena me hizo gemir como nunca antes, el placer inundaba todos los recodos de mi piel y mis temblorosas piernas no podían dejar de moverse; aun así, quería mas.

Trato de apartarse de mi pero sujete su cabeza para indicarle que siguiera, y así lo hizo.

Volví a correrme con urgencia.

Dos veces mas.

Tire de su mandíbula hacia mi y nos recosté en la cama dejando un beso en sus labios, aun sabia a mi.

-Dios Vivi, ha sido increíble- dijo anonadada

Yo solo asentí con los ojos cerrados y la respiración entrecortada intentando recuperarme de aquel vertiginoso frenesí.

Ella me acariciaba el abdomen con una mano y su otro brazo estaba sirviéndome de almohada.

-eres multiorgasmica...Que fuerte no lo había vivido nunca...- susurro

Me humedecí los labios para hablar
-yo si, pero sola. Nunca nadie me había hecho llegar Así y tan seguido- pude ver como se dibujaba una sonrisa de satisfacción en su cara -Si Keeks, enhorabuena por que follas muy bien- dije dando dos palmaditas en su pecho con aire irónico.

-ya lo sabia, pero no me imaginaba que taaan bien- puso morritos

-bueno la que me espera ahora con la creída esta- dije para mi con intención de que me escuchase

-sorry honey, but i'm the best one- alardeo otra vez

-shut up babe- dije casi sobre sus labios esperando que acortase la distancia.

Fue un beso tierno, de cariño, de querer demostrar un sentimiento que aun no sabes ni como definir pero que existe y es evidente.

Un beso de conexión, de una conexión especial, de algo que surge de la nada y llega para cambiarte la vida. Un beso de, por que no decirlo, de amor; por que lo que estaba empezando a sentir por aquella mujer se asimilaba mucho a querer a alguien.

Between Us (entre nosotras) // KiVi (Violeta y Chiara)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora