Capítulo 8

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Apenas Mingi salió por la puerta, Seonghwa salió de inmediato de su habitación para encarar al menor. Este al ver la cara del pelinegro se apresuró en excusarse.

—No hicimos nada, lo juro. —Dijo Yunho con las manos en alto mientras veía que Hwa se movía de un lado a otro.

—Espera, ¿Él es el vendedor de brownies y ladrón de galletas? — Hwa no podía creer que ese chico había estado en su casa y que Yunho lo haya permitido.

—Hwa, ladrón suena feo pero si—A Yunho no le parecía grave la situación, solo es un chico lindo que se quedó a dormir después de un carrete.

—Ay por la santísima virgen de las papayas. Yunho, puedes aspirar a más. —Seonghwa se puso una mano en el pecho como si le doliera.

—Oye ya, te estás pasando. —A Yunho no le gustaba como su amigo se estaba refiriendo de Mingi.

Seonghwa estaba apunto de contestar pero el llamado por teléfono del conserje los hizo distraerse. Yunho contestó el teléfono.

—Aló... Si... Dígale que suba nomás, gracias. —Yunho finalizó la llamada. —Viene san.

—¿Acaso no tiene casa? —Seonghwa suspiró. —Como sea, iré a preparar comida porque ya me di cuenta que al único al que le cocinas es al flaite ese. —Antes de que Yunho pudiera reclamarle por su comentario Hwa fue a la cocina.

Ding dong

—A TI TE QUERÍA VER, POR TU CULPA WOO SE TUVO QUE IR ANTES. —Gritó San entrando al departamento apenas Yunho le abrió la puerta.

—¿Qué culpa tengo yo ahí?. —Yunho estaba confundido. Mientras tanto, Hwa se asomaba por el marco de la cocina, estaba interesado en lo que estaban hablando. Cahuin es cahuin.

—CONOCI AL AMOR DE MI VIDA Y SE TUVO QUE IR DEMASIADO PRONTO PORQUE NO ENCONTRABA A SU AMIGO QUE ESTABA CONTIGO. —San se sentía exasperado, había sentido una conexión genuina con el chico.

Seonghwa había parado todo lo que estaba haciendo en la cocina para ir donde estaban los dos chicos, estaba muy interesado en lo que estaban hablando y descaradamente se metió en la conversación.

—¿También te gusta un flaite? —Preguntó el pelinegro sacándose su delantal de cocina y sentándose en el sofá para hablar más cómodamente.

—No es flaite, es el papá de Byeol y Shiber. —San habló con un tono enamoradizo en su voz. El mejor li había conquistado con sus lindo ojos y coqueta sonrisa.

—¿Le pediste su IG por lo menos? —Yunho se sentó junto a Hwa y miró a San.

Las palabras de Yunho le cayeron como agua fría a San. ¿Cómo no se le había ocurrido preguntale su IG o pedirle su número? Se sentía un poco estúpido, toda la vida que se había imaginado junto al chico parecía desmoronarse.

—Me parece que la calentura fue más fuerte. —Rió Hwa. A San la situación no se le hacia chistosa, tenía ganas de tirarse de un séptimo piso.

—Escúchame bien Yunho. —Dijo San acercándose al más alto. —Vas a hablarle a Mingi y le vas a pedir su IG, ¿Entendiste? —Terminó San mirando acusadoramente a su amigo como si fuera culpa de él y no suya.

—Yeo cacha esas cosas, no molestaré a Mingi por tu calentura. —Respondió Yunho bajándole el perfil a la situación.

—Bien, paremos esta discusión estúpida y mejor comamos algo. Pediré comida por delivery. —El mayor se levantó y se dirigió a su habitación para buscar su teléfono. La verdad es que le había dado flojera cocinar, ya suficiente estrés tenía con sus amigos enamorados de flaites.

Viviendo a lo chilensis | ATEEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora