Capítulo 10

113 13 3
                                    

Hoy era el día más liviano de la semana en el horario de Yunho, por lo que había decidido que iría de sorpresa a visitar a Mingi. Desde el día del carrete había sentido algo extraño por el chico, no era malo pero no sabía descifrar el sentimiento que le provocaba, había encontrado muy lindo el gesto de querer prepararle el desayuno a la mañana siguiente y en general la preocupación que le demostraba. Debido a todo esto, se encontraba camino a la estación donde se ubicaba Mingi; llevaba consigo una lonchera en la que tenía arroz con curry preparado por él mismo. Yunho raramente cocinaba puesto que el que siempre cocinaba era Seonghwa pero esta vez hizo su mayor esfuerzo para sorprender al chico.

Yunho ya iba llegando a su destino y a lo lejos visualizo a Mingi en el lugar de siempre. Sintió felicidad cuando ko vio ahí, llevaba puesto un simple pantalón negro con una polera estampada, podía jurar en ese momento que nunca lo había visto tan lindo como en ese instante.

—WEEEENA MI WAXIN, TANTAN LUNAS SIN VERNOS. —Gritó Mingi haciendo un bailecito raro apenas vio al más alto. —¿Qué te trae por aquí?

—Me mencionaste que sueles estar aquí casi todo el día, así que quise traerte almuerzo. —Yunho le entregó la lonchera al pelinegro. —Está caliente, te sugiero que lo comas pronto.

"No solo la comida está caliente, sé el papá de mis gusanitos weón" Pensó Mingi.

—Oiga mi rey, con solo ver su sonrisa me alegra el día pero muchas gracias. —Dijo Mingi haciendo un puchero tierno. —Venga que quiero presentarlo con unos amigos.

Yunho sintió una sensación de inseguridad al ver a los amigos de Mingi venir, ¿De verdad eran sus amigos? Sacudió su cabeza intentando que los malos pensamientos se alejaran de su mente, el chico no haría nada que pudiera ponerlo en peligro o por lo menos esa sensación le transmitía Mingi.

—Escúchenme bien sacoweas, este es Yunho y está protegido de sus weas raras. —Mingi miró seriamente a los chicos mientras apuntaba a cada uno de ellos.

—Wenaaa po, cualquier wea gritai "cholo" y cualquiera viene al rescate. —Dijo uno de los chicos presentes a Yunho.

Yunho solo se limitó a sonreír, definitivamente no estaba acostumbrado a ese tipo de ambiente pero tampoco quería ser discriminador o irrespetuoso. Mingi se percató de la incomodidad del más alto y se despidió de los demás. Iban a seguir conversando pero un vendedor de flores echas a mano pasó por el lugar.

—Disculpa amigo, vendeme una porfi. Gracia hermanito. —Le entrego mil pesos al vendedor haciéndole una seña para que se quedara con el vuelto. —Tome mi rey, esto es con too' el amor del mundo.

Yunho la recibió con una gran sonrisa, se sentía algo tímido ahora, el chico siempre era tan atento con él que lo confundía. Mientras tanto Mingi se sentó para sacar el almuerzo y poder comer, Yunho se sentó a su lado.

—Waaa, cocinai más rico que mi wawi y eso que el weón se supone que es chef po. —Mingi habló con la boca llena y se mancho un poco. Yunho tomó una servilleta y le limpió la boca.

—Min, primero traga, te puedes atorar. —Yunho se aseguró de haber limpiado bien la boca del contrario para después dejar esa servilleta usada dentro de la lonchera.

"Piensa en la biblia Mingi. ¿Y si me hací respiración boca a boca mejor?

Yunho se quedó con Mingi hasta que se le acabaron todos los brownies. A pesar de haber pasado el resto de la tarde sentados en el suelo afuera de la Estación Barón, el castaño se sintió feliz de poder pasar el rato junto al pelinegro, la compañía del chico era agradable y refrescante como la fruta de verano.

Viviendo a lo chilensis | ATEEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora