Como a una igual

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       Haru no estaba completamente informada de todo lo sucedido, Antoinette sabía que ella no se detendría dos veces antes de prender fuego a todo el reino con tal de encontrar a Clark y arrancarle la cabeza; sin embargo sabía lo suficiente sobre aquella noche, como el hecho de qué intencionalmente Lucía la hizo ponerse emocional sólo para probar su punto, también que había tenido que tomar un inhibidor e incluso el cómo tuvieron que esperar hasta que ella por fin estuvo estable de nuevo para volver.

       De igual modo desconocía del hombro que Dominick le había prestado, eso era un tema para luego, si lo mencionaba tendría que explicar cómo llegaron a eso, lo cual incluía revelar el contenido de la visión y aún no estaba muy dispuesta.


       De este modo Haru fue la primera en darse cuenta cuando Lucía se acercó a ellos mientras desayunaban, había dejado esta mañana a las sacerdotisas para que comieran solas y se había unido Antoniette y sus amigos.

       — Buenos días —inició, con la frente en alto, se tomó el tiempo de hacer un asentimiento especial a Haru— ¿Podrías permitirme un segundo Antoinette?

       La aludida la miró con una ceja arqueada.

       — Con todo respeto, no estoy segura de querer estar cerca de usted Lady Edevane —forzó una sonrisa.

       Leonor, quien estaba a su lado, se tenso ante la rudeza.

       — Yo... —Lucía parpadeó, perpleja— solo un segundo.

       — Lady —Haru esputó—, ella ya ha dicho que no.

       — Lo oí duquesa —movió incómodamente las manos que reposaban sobre su regazo—, pero insisto.

       — ¿Está desafiandome? —Haru sonrió con malicia.

       — No es mi intención —Lucía aseguró, muy claramente le costaba decir cada palabra—, duquesa.

       — ¿Es muy importante? —Antoinette suspiró.

       — Por supuesto que lo es, solo sera un segundo —Lucía pidió, casi suplicante al final.

       — Bien.

       Dio un par de cucharadas más para terminar su caldo, mezquinamente satisfecha por el como ella tuvo que quedarse de pie esperando; le dio una sonrisa tranquilizadora a Haru antes de alejarse con la Valka.


       — Eso fue imprudente —apenas se alejaron lo suficiente del comedor, Antoinette la regaño, cruzándose de brazos—, no debiste acercarte así frente a mis amigos, aun peor si lo haces con una razón tan vaga, es muy sospechoso.

       — Tienes razón, pero siempre tienes algo por hacer y no estaba segura de cómo abordarte.

       Antoinette chasqueo fastidiada, Lucía se detuvo frente a una tienda empujando las cortinas para que entrara; lo medito dos veces antes de acceder, teniendo cuidado de no tocarla al ingresar se quedó tensa de pie en medio de la estancia; esta tienda le recordaba mucho a la de Haru siendo espaciosa, con un catre y una gran mesa llena de libros y pergaminos, a un lado acomodados dos grandes baúles que podía adivinar contenían sus pertenencias.

       — ¿Viajas ligero? —Antoinette se burló.

       — No sabía cuantas cosas iba a necesitar —se excusó, con una media sonrisa—, nunca había salido del palacio.

       — Ah.

       — Antoinette quiero disculparme —Lucía aseguró—, sé que no pensé en las posibles consecuencias y eso fue horrible de mi parte, lamento demasiado que esto acabara así.

Legado entre escombros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora