19. Un duelo injusto

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       La primavera llegó tan rápido como se fue, pronto todos habían dejado olvidados sus abrigos y en cambio recibieron el sofocante calor del verano. Cada mañana Antoinette se despertaba muy temprano con Alissa para poder limpiarse en el río, el agua especialmente helada de esta hora resultaba increíble; Cretus y Sirio no estaban felices con esto, pero ella se negó rotundamente a dejar de hacerlo, así que en su lugar le dieron un pequeño cuerno para que lo usara en caso de necesitarlo.

       En aquella ocasión estaba en su tienda junto a sus amigos, apreciando como la temperatura bajaba con el atardecer, algunos de ellos estaban peor por su entrenamiento.

       ― Muero por obtener algo de hielo ahora ―se quejó Leonor.

       ― Preferiblemente en una bebida ―afirmó Alissa.

       ― ¿Sabes cuándo volverá Haru? ―preguntó Lucía llamando repentinamente su atención por su desvío de las quejas.

       ― Creo que hoy ―Antoinette dejó salir un suspiro cansado.


       Luego de meses de insistencia, ella y Ethan con algo de apoyo de Alister, habían convencido a Sirio de que les aprobara una campaña, todo por supuesto en contra de los deseos del mayor, quien se mantenía firme en que eso no podía ser una buena idea.

       ― Se que no es de mi incumbencia ―inició Alissa dudosa― pero, ¿Qué es lo que ella iba a hacer?

       Antoinette la miró con el ceño fruncido y negó con la cabeza.

       ― Ni idea, dijo que debía unirse más con la naturaleza para afianzar su magia.

       ― Estamos en medio de la nada ―argumentó Lucía.

       ― Lo sé, tengo el presentimiento de que hay algo más.

       ― ¿Algo malo?

       ― Oh no, seguramente solo sus negocios personales, pero probablemente estaba demasiado molesta con Dominick como para decírselo, no confía en él. Además, trató de detenerla varias veces.

       ― Qué incómodo ―Leonor hizo una mueca.


       Liam estaba recostado en un catre mirando al techo, Antoinette trató de estudiar sus movimientos, al menos ya no estaba tan mal, los primeros días fue solo un cuerpo que se movía en automático, rara vez participaba en conversaciones hasta que gradualmente logró soltarse más; por su puesto, aunque hubo más enfrentamientos no se le permitió asistir a ninguno.

       Ella caminó hacia el catre sentándose a su lado, él movió sus ojos perezosamente hacia ella y respondió con una sonrisa tomando su mano. Leonor y Eddie estaban a la perfección, solo que tal como ella lo había previsto tenía una cicatriz más, Lucía también se había recuperado luego de ese periodo usado su magia en exceso, recuperando su brillo, en su momento, Antoinette y Alissa habían tenido que impedirle seguir tratando a los heridos pues perdió demasiado peso, sus reflejos se ralentizaron y el cansancio en su rostro no se quitaba ni con el mejor tónico de las ninfas.

       ― ¿Ustedes no estaban discutiendo antes de que se fuera?

       Ella quitó la mano del alcance de Liam mirándolo de reojo, desde su perspectiva hacer esa pregunta podía contar como alta traición, pero su mirada de ilusión era rara de ver últimamente. El rumor de aquella situación se extendió muy rápidamente por el campamento y pasó los últimos días soportando miradas y preguntas que había hecho un buen trabajo evadiendo, hasta ahora.

Legado entre escombros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora