LA CHICA DE MIS SUEÑOS (Dany Villarreal)

MOMENTO FAN

Habían pasado semanas desde mi plática con Daniela y la había visto pocas veces de manera fugaz cuando iba a su casa ya que ella estaba por salir o yo iba directo con Pau sin poder hablar más que de cosas triviales. Me frustraba solamente saludarla, era tan agradable tenerla cerca pero entendía que en su tiempo libre lo último que querían era seguir juntas.

Se acercaba el concierto en el foro Didi y estaban muy emocionadas. Últimamente tenían más presentaciones y poco a poco se iban haciendo de un nombre y eran cada vez más conocidas. Estaba tan orgullosa de su merecido éxito, yo era testigo de todo el esfuerzo y sacrificio q hacían por cumplir su sueño. Llenar ese recinto era un gran logro y Paulina no cabía de felicidad.

—Ni se te ocurra faltar, es la noche más importante para mí, quiero verlos a todos ahí −me decía mientras me abrazaba.

—Jamás me perdería tu gran noche Pau, claro que estaré −me despedí y la dejé seguir practicando.

Faltaba una semana y tenían demasiado por hacer así que no las vería hasta el concierto.

Llegó el gran día, era curioso toparme a los demás amigos de las chicas, conocía a los más cercanos. Vi a Fernanda, la última conquista de Pau. Estaban varios amigos de Ale y de lado de Daniela reconocí a Pablo, un tipo que actúa como si ella fuera su novia cuando hasta donde sé no son nada.

Era la primera vez que iba a un concierto completo de ellas y no sabía muy bien que esperar. El lugar estaba a reventar, todos gritábamos eufóricos y cuando aparecieron fue la locura. Empezó dust to dust y desde ese momento todo fue magia pura: el poder de Pau, la presencia de Ale y el magnetismo de Dany llenaban completamente el escenario. «¡Lo que suenan en vivo!» pensaba.

Estaba impactada, verlas ahí tan imponentes contrastaba con las chicas comunes con las que pasaba el rato en casa. Canción tras canción la voz de Daniela me atrapaba. No sé si era por la euforia del momento pero nunca me había parecido tan atractiva como esa noche.

Olvidé que estaba ahí para apoyar a mi amiga y sin darme cuenta perdí la noción del tiempo y espacio seducida por la belleza de esa chica. Había algo muy sexy en ese aire de rudeza en sus movimientos, en sus manos deslizándose por las cuerdas de su guitarra, en esa mirada tan expresiva que lo mismo te fulminaba o te podía derretir de ternura «maldita sea» me dije mientras sentía una descarga eléctrica cada vez que sus ojos parecían mirarme.