LO SIENTO

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Marcela estaba ganando muchos puntos con su cambio de actitud últimamente. Estaba siendo tierna, atenta, detallista; la sentía cercana pese a la distancia. Así debió ser siempre.

La amaba pero aún dudaba si ese cambio era genuino o solo era la culpa de saber que estuve en el hospital. Estos días había estado replanteándome si era viable tener una relación en mi posición como alguien que viaja constantemente y nunca tiene tiempo libre.

Mar me mostró el lado tóxico de una relación y no fue nada agradable. Los celos, la desconfianza, la tristeza, no quiero nada de eso en mi vida. Quiero estar con alguien que disfrute la vida como yo, quiero dar y recibir amor en una relación saludable ¿acaso no es lo que todos merecemos? ¿Qué sentido tiene estar donde no se es feliz?

No sé bien qué vaya a pasar entre nosotras pero si algo tenía claro es que no podía permitir que la persona que amaba tuviera poder sobre mis emociones de esa manera. El haberme olvidado de mi propia salud física y mental es algo que jamás pienso repetir.

Nunca me había enamorado tan intensamente de alguien, pero ahora sabía que incluso el amor necesitaba límites para fluir en armonía.

—Ya perdónala –me decía Nat–. Todos los días va a un sitio especial de las dos para mandarte una foto, te llama y mensajea diariamente anhelando que le respondas. Me hace comprarte tus postres favoritos y cosas que sabe te gustarían ¿No te parece sumamente romántico?

—Pues sí, solía ser así de linda antes de todo esto. La verdad me hace sentir mariposas de nuevo el ver sus mensajes y llamadas, los detalles me derriten.

—Responde hasta que estés convencida de que quieres darle otra oportunidad, no te dejes presionar por su insistencia –me advirtió Pau.

—No seas dura Paulina –le respondió Ale– mi mamá la ve en todos los lives de la banda declarando su amor por Daniela. Eso es olvidar el orgullo.

—Además, lo más importante, va a terapia –señaló Nat– eso indica que hay un cambio interno en ella.

—Me encantaría que estuvieran juntas de nuevo Dany pero no quiero volver a verte así de triste por ella nunca más –enfatizó Pau–. Si te hace daño otra vez la voy a moler a golpes.

—¿Siempre eres así de violenta? –Le dijo Nat con un aire de falsa preocupación.

—Ni te imaginas lo salvaje que puedo ser –contestó mi hermana con una sonrisa insinuante.

—Ok, ahora te entiendo Paulina, que raro es que estés con mi mejor amiga. Váyanse mejor porque verlas así no me ayuda en nada y me hacen extrañar a Mar.

Días después de los mensajes decidí responder la llamada de Marcela.

—¿Dany?

—Sí, ella habla ¿Qué desea? –Dije intentando evitar la tensión.

Se soltó a llorar, tanto que me provocó lo mismo escucharla así de mal.

No dijimos nada por un largo rato, sólo escuchábamos nuestros sollozos y nuestra respiración agitada. Cerré mis ojos e imagine que nos abrazábamos. Deseaba tanto sentir su calor.

Había demasiado dolor de por medio en todos estos meses que en un punto pensé en terminar con ella. Pero la amaba y algo me decía que debíamos darnos una oportunidad.

Esta era una prueba a nuestra relación y estábamos aprendiendo el significado del perdón.

En una relación hay buenos y malos momentos, este había sido uno bastante difícil pero lo íbamos a superar si las dos queríamos. Ambas lo deseábamos.

—Lo siento tanto mi amor –logró por fin decirme– perdóname por todo el daño que te causé. Sé que no puedo borrar lo que hice pero si puedo probarte día a día que soy una mejor persona. Solo te pido una oportunidad para demostrarte que lo eres todo para mí.

—Marcela, no tienes que demostrarme nada a mí sino a ti misma. La felicidad es personal pero es mucho mejor cuando es compartida, por eso elegí ser feliz contigo cuando te pedí ser mi novia, porque sentí que juntas nos hacíamos mejores personas y nuestro amor era palpable, respirable, era nuestra creación. No sé cómo explicarlo.

—No quiero perderte. Dame una oportunidad por favor –su voz se quebraba–. Sé que podemos ser felices en esta vida.

—Mar, si vuelves a lastimarme no voy a quedarme a verlo. Y también aplica para mí porque no soy perfecta. También puedo fallarte aunque espero no hacerlo, pero soy humana. Lo único que quiero es ser feliz contigo como antes. Estoy cansada de pelear, de sentirme mal, de ser infeliz. Necesito mi lugar seguro ¿Crees poder serlo?

—Lo que me reste de vida voy a estar para ti y hare todo para que seamos felices Dany. Eres el amor de mi vida.

No pude evitar sonreír. De pronto sentí una calidez que reconfortaba mi alma. Estuvimos hablando horas hasta quedarnos dormidas, como en los viejos tiempos. Extrañaba tanto eso.

LA CHICA DE MIS SUEÑOS (Dany Villarreal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora