DEBISTE CONFIAR EN MÍ

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Para mi sorpresa mi mejor amiga no había tomado nada bien mi relación con Daniela. Tenía más de dos semanas respondiendo apenas a mis mensajes y evitando mis llamadas. Se portaba fría y distante, me ponía mil pretextos para no verme. No entendía por qué reaccionaba así sabiendo lo que yo sentía por su hermana.

—No quiere hablar conmigo si no es de trabajo –dijo triste Dany recostada en mi cama dándome la espalda–. Mi departamento se había convertido en nuestro lugar seguro ya que hubiera sido incómodo ir a su casa dada la situación. No me quejaba, aquí éramos totalmente libres.

—Ya le di suficiente tiempo para calmarse. Es hora de que me escuche –respondí mientras me acercaba a ella para abrazarla– la conozco y no me perdona que le haya ocultado que estábamos juntas.

—No sé, creo que está siendo demasiado intensa –habló irritada– me preocupa que esto nos afecte en todos los aspectos. En los shows de LA apenas y me dirigió la palabra. Es frustrante.

—Lo voy a arreglar te lo prometo –dije mientras comenzaba a besar su espalda desnuda– ahora, por favor aprovechemos el tiempo.

—¿De nuevo? –se dio la vuelta con una sonrisa coqueta.

—Sería pecado no hacerlo –respondí antes de tomarla entre mis brazos. Amaba esas visitas que me hacía.

Días después, harta de la actitud de Paulina decidí confrontarla. Sin avisar fui a su casa, sabía que Dany no estaría así que aproveché para arreglar las cosas. En verdad la extrañaba y me dolía su actitud.

—¿Qué haces aquí? –me fulminó con la mirada al abrir la puerta.

—¿Así tratas a tu mejor amiga? –contesté molesta por su grosero recibimiento.

—¿Mejor amiga? Alguien que me oculta cosas dudo que pueda ser mi mejor amiga –soltó sin piedad mientras caminaba dejándome ahí parada. La seguí hacia la sala.

—¿Por qué estás siendo tan cruel conmigo, con nosotras? –le reproché.

—¡Nosotras! Increíble ¿Cuándo se casan?

—Cuando se nos dé la gana lo haremos y tú serás mi dama de honor.

—¡No seas ridícula! –Soltó una carcajada a modo de burla– ¿Sabes que Daniela no pasa de los tres meses con sus novios?, ¿qué te hace pensar que contigo será diferente?

—Vine aquí a arreglar las cosas porque te quiero. Eres mi mejor amiga y creí que te daría gusto verme feliz –dije sintiendo un nudo en la garganta no sé si de enojo o tristeza por sus palabras– pero no pensé que tu egoísmo te haría tirar a la basura nuestra amistad.

—Las verdades duelen. Una disculpa –contesto.

—¿Qué demonios te pasa Paulina? ¿Desde cuándo se trata de ti y no de lo que Daniela y yo sentimos? Nos estás juzgando por razones estúpidas y ¿sabes qué? Ya no me importa. No vas a sabotear nuestra relación con tus tonterías.

Caminé hacia la puerta sin poder contener las lágrimas por la actitud de una de las personas más importantes en mi vida.

—Marcela espera –cambió su tono de voz al notar que me había herido con sus comentarios.

—¡Qué decepción Paulina! –le dije sin detenerme.

-¡Espérate! –Me jaló del brazo con fuerza haciéndome voltear a verla– ¿No te das cuenta?, ¿qué no lo entiendes? No entiendes que yo, que yo...no quiero perderte.

Me tomó del rostro mirándome fijamente antes de romper en llanto y abrazarme tan fuerte que apenas podía respirar. Estuvimos así un rato y de pronto lo entendí, Pau no era cruel, solo le costaba decir lo que realmente sentía.

—Siempre vas a ser mi mejor amiga –le dije con ternura– que esté enamorada de Daniela no cambia en nada las cosas. ¿Eso es lo que te preocupa verdad?

—Sí, eso es –murmuró mientras se apartaba de mi limpiando sus lágrimas.

—Aquí voy a estar para ti cuando me necesites –besé su mejilla–. Lo único que cambia es que ahora también eres mi cuñis –intente hacerla sonreír sin éxito.

—Debiste decírmelo. Debiste confiar en mí. Me dolió saberlo por ella y no por ti.

—Siendo honesta todo pasó muy rápido. Además, sabes que estoy enamorada de ella desde hace mucho tiempo ¿Podrías alegrarte un poco por mí?

—¿En verdad la amas? –me miro con absoluta seriedad.

—Demasiado. No puedo pensar en nada más que en su voz, su sonrisa, su piel...

—¡Qué asco estás hablando de mi hermana! –me empujó.

—Lo siento. Ya encontraré la forma de que esto sea lo menos raro para ti –volví a abrazarla– lo único que quiero saber es si aún soy tu mejor amiga, ¿aún lo soy verdad?

—Siempre, tonta. –suspiró.

LA CHICA DE MIS SUEÑOS (Dany Villarreal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora