El VIAJE

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Teníamos tocada en un festival de Aguascalientes. Planeamos llegar un día antes para turistear. Marcela nos acompañó lo cual me alegró porque de todos los amigos de Pau es la que mejor me cae.

Es muy inteligente, divertida y siempre tiene un gesto amable con la gente, eso es algo que me agrada mucho de ella porque habla de su sencillez. Su familia es de las más ricas de Monterrey y aquí está en un viaje pasando penurias con tal de vivir la aventura.

—¿Entonces la fotografía es lo tuyo? −le pregunté para matar el tiempo mientras viajábamos.

—Sí, resulta que por fin tengo algo en común con mi madre −sonrió.

—Creo que eres bastante buena, Pau me ha enseñado algunas de tus fotos y tienes mucho talento −le devolví la sonrisa−, espero que nos tomes fotos chidas también a nosotras.

—¡Claro! por eso traje mi cámara −me tomó una foto.

Por fin llegamos y nos fuimos a instalar al hotel que estaba cerca de donde tocaríamos mañana. Íbamos a salir a comer cuando recibí una llamada de Pablo:

—¿Ya lo pensaste mejor?

—No tengo nada que pensar. Tú y yo no funcionamos. Quedamos en ser amigos.

—¡Yo no quiero ser tu amigo! ¡Yo te quiero a ti carajo! −me gritó.

—Pablo es mejor así, no lo hagas más difícil.

—¡Vete a la mierda Daniela! Al primer problema que tenemos huyes. Yo en verdad te quiero y un día vas a rogar por volver conmigo pero será muy tarde.

—Trata de entender que yo...- me colgó.

—¡Que intensidad! −volteó a verme Paulina− hasta acá escuché todo. Que bueno que terminaste con él, no me da buenas vibras su actitud.

—Es su ego herido, no es como que yo le importe tanto −suspiré.

Desde aquella plática con Pau pensé mucho en la forma en que llevo mis relaciones. Tenía razón en todo, realmente no llegaba a enamorarme. El único fue Pato en la secundaria, lo quise en verdad y sufrí mucho cuando se fue del país.

Todos los demás han sido atracción física y pierdo rápido el interés. En verdad lo intento pero nunca encuentro motivos para quedarme y termino la relación o dejo que me terminen.

Fuimos a comer y luego recorrimos parte de la zona. Ale y Pau estaban locas buscando cosas que comprar y yo estaba ausente pensando en que rayos pasaba conmigo, de alguna manera Pablo había conseguido hacerme sentir culpable.

—No es tu culpa querer estar bien −me sobresalté al escuchar la voz de Marcela−. No estás obligada a corresponder algo que no sientes.

—Te juro que no quería hacerle daño −mi voz se quebró y comencé a llorar−. Impulsivamente la abracé y por primera vez en todo ese día de la fregada sentí paz y calidez.

Vi de reojo a mis hermanas y les hice saber que estaba bien. Marcela les dijo que luego las alcanzábamos y me ofreció salir a caminar a lo que accedí, necesitaba despejarme y hablar con alguien y en ese momento sentía que ella en verdad me entendía.

—No es tu responsabilidad la manera en que él está lidiando con la ruptura. Fuiste honesta y terminaste antes de que fuera más serio −me dijo con una madurez que me sorprendió.

—Ojalá él pensara como tú −suspiré

—Algo aprendí de mi psicoterapeuta para ser honesta −me confesó.

—No sabía que acudías a terapia −la miré mientras caminábamos.

—Iba hace un par de años por lo mal que me sentía por mis padres y me ayudó a entender que no podía hacer nada sobre las decisiones o acciones de los demás, pero sí era mi elección cómo las afrontaba −respondió con su voz que me trasmitía tranquilidad.

—Aun sabiendo que tienes razón no puedo evitar sentir culpa. Lo que menos quiero en la vida es lastimar a alguien.

—Eso es porque eres una buena persona Dany −me miró dulcemente y por un segundo sentí que vio a mi alma.

Estuvimos hablando mientras caminábamos por la zona hasta que recibí un mensaje de Paulina diciendo que nos esperaban en el hotel para ir a cenar.

—Gracias por esto, en verdad lo necesitaba −le dije mientras la abrazaba de nuevo.

—Nada que agradecer −al separarnos pude notar como se ruborizó.

LA CHICA DE MIS SUEÑOS (Dany Villarreal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora