ERES MÍA. 2ª PARTE (+18)

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Te lo voy a preguntar por última vez antes de perder la cordura ¿Estás segura de esto? –se detuvo para verme a los ojos.

—Daniela, nunca he estado más segura de algo en mi vida como de querer hacerlo contigo –le dije mientras acariciaba su fino rostro y acomodaba mechones de su cabello.

—Yo también –me respondió ruborizada.

Lo hermosa que se veía así de vulnerable. Si este era un sueño juro que no quería despertar jamás de él.

Lentamente fue haciendo un camino de besos desde mi cuello hasta mis senos. Los besaba con delicadeza y eso me volvía loca. Jugueteaba con mis pezones lamiéndolos y mordisqueándolos suavemente mientras sus manos acariciaban mi cuerpo, bajaban por mis caderas y recorrían mis muslos haciendo que mi piel se erizara.

Hundí mis dedos en su cabellera mientras me hacía gemir de placer, acariciaba su cuello, su espalda y me dejaba llevar. Le di el control absoluto de mi cuerpo, era suya.

Poco a poco fue bajando con su boca hasta que llegó a mi vientre y se detuvo. Me lanzó una mirada y yo asentí con todo el deseo desbordante. Me excitaba su aliento caliente a través de mis bragas, apenas rozaba con sus labios e intencionalmente recorría mi intimidad exhalando lentamente sus jadeos. Me volvía loca.

—Daniela por fa...por favor hazlo –le suplicaba conteniendo todo el placer que estaba sintiendo.

—No seas impaciente –habló con su voz serena– quiero disfrutar lo más que pueda este momento.

Comenzó a besar mi entrepierna, mis muslos y de pronto pasó su lengua por encima de mi sexo lo cual hizo que le insistiera con desesperación:

—¡Cógeme ya! –le dije mientras llevaba sus manos a mis bragas para que de una vez me las quitara.

—Pídemelo otra vez –me ordenó.

—¡Quiero que me cojas ya! –obedecí.

Rápidamente me despojó de lo que me quedaba de ropa. Me tomó firmemente de los muslos mientras abría mis piernas con urgente deseo. Su boca ardiente llenaba de placer cada parte que tocaba.

—Sigue...sigue así mi amor –le decía entre jadeos. Estaba completamente mojada y podía sentir dilataciones dentro de mí.

Daba pequeñas succiones y lamía de manera acompasada mi clítoris, tanto que estaba a punto de hacerme llegar al orgasmo ¿Qué demonios me estaba haciendo? Se sentía tan rico, como si supiera exactamente la presión y ritmo necesario para darme el placer que nunca había sentido de esa forma.

—¡Dany me voy a venir, no pares por favor! –le dije entre gemidos mientras movía mis caderas de arriba abajo y ella apretaba mis trasero con fuerza.

—Aun no –alcanzó a decir y sentí como introdujo la punta de uno de sus dedos.

—¡Ahhh! –Grité de placer– ¡penétrame más mi amor, sigue con tu lengua, lo que sea que hagas no pares por favor!

Introdujo por completo su dedo en mí poco a poco y seguía con su lengua y su boca comiéndome entera ahí abajo.

»¡Dame más! –le supliqué–. Ella metió otro dedo y aumentó la presión con su lengua mientras me penetraba deliciosamente. No podía más. Estaba a punto de venirme en su boca, en sus dedos, en este jodido universo.

»¡Qué rico me estás cogiendo!

»¡Dame más duro, si, así!

»¡Me vengo! ¡Ahhh, no puedo más!

»¡¡¡Ahhh!!! –grité sin poder contenerme. Sentí como se me fue la vida en ese orgasmo, mi cuerpo temblaba, mi piel ardía. Fue como si perdiera todos los sentidos en un instante.

Jamás había terminado con tanta intensidad. El placer era indescriptible, etéreo. ¿Qué diablos había sido todo eso?

Estaba exhausta, seguían los espasmos, como si el orgasmo continuara con ondas expansivas que al mínimo roce de ella se dispararan.

Se acercó a mí al tiempo que saboreaba sus dedos mirándome triunfante, altiva, sabiendo que a partir de ese día era completamente suya. Que me había hecho sentir el placer que nunca había sentido, que me llevó a otra dimensión en esa cama con el poder de sus manos y su boca.

LA CHICA DE MIS SUEÑOS (Dany Villarreal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora