[Libro 3] Las amenazas aparecen en su vida al mismo tiempo en que su relación empieza a irse en picada. Emily deberá hacer todo lo posible por proteger a sus bebés y a ella misma, de este enemigo del que no sabe absolutamente nada, ni siquiera como...
Probablemente en más de una ocasión habrás visto o escuchado la frase que dicta que: “Si eres afortunado en el juego, serás desafortunado en el amor”. Como si el éxito no fuese compatible con dicho sentimiento, como si fuese una regla absurda que la vida se encarga de imponer de manera casi caprichosa…
Y era justamente eso, lo que Jungkook estaba comprobando con sus propios ojos. La sangre le hervía, le quemaba por dentro. No podía ni mucho menos quería aceptar aquella escena. Su enojo viajaba más rápido que la razón, pero, aún así, sabía de sobra que no tenía derecho alguno de reclamarle nada, pues él había comenzado todo. Por lo que ahora solo le quedaba observar como ella era feliz junto a MinHyuk, su jefe; quien desde el primer instante en que lo conoció supo que sería un gran problema, ya que aquel hombre descarado nunca ocultó sus verdaderas intenciones con su chica.
Lo había comprobado aquel día que fue a la cafetería y vio como le daba de probar un nuevo pastel como si ella fuera una bebé.
Y ni que hablar de cuando después de regañarla por tontear con él, la tomó del mentón con desfachatez, importándole poco la presencia del pelinegro, quién ardía de furia.
Recordar todo eso hizo que soltara un suspiro de frustración.
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Su insomnio seguía sin darle tregua, llevaba tres noches sin poder dormir. Cada que lo intentaba, cerraba sus párpados cansados, y una vez los brazos de Morfeo lo acunaban, volvía a perder la calma, aquella pesadilla le robaba el sueño, y ya estaba harto de que su mente le siguiera recordando una y otra vez, como ahora, la madre de sus dos pequeños lo había olvidado.
Ella ahora era besada por ese tipo, ella era feliz en los brazos de otro…
La había perdido, había perdido a su amada Ricitos de oro y su vida ahora comenzaba a sonar así:
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¡Aigooo!
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De seguro su mente explota en este momento y no tienen ni idea de cómo pasó esto. Sin embargo, más adelante entenderán…así que no sean impacientes, y menos abandonen la historia, no sean bobix.
Nos leemos en el siguiente capítulo, 𝙺𝚘𝚙𝚒𝚝𝚘𝚜 𝚍𝚎 𝚗𝚒𝚎𝚟𝚎, byebye🧚🏼♀
