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𝐏𝐞𝐜𝐭𝐨𝐫𝐚𝐥𝐞𝐬 𝐚𝐥 𝐝𝐞𝐬𝐜𝐮𝐛𝐢𝐞𝐫𝐭𝐨.

     El elevador había llegado al tercer piso de la lujosa agencia. Observé el ancho pasillo de paredes blancas y suelo enmoquetado de unos relucientes cerámicos negros con detalles muy sutiles de líneas grises irregulares y difuminadas.

Viré la mirada hacia el costado, notando que a mi diestra tenia dos puertas tacoma nogal oscuro, mientras que a mi zurda solo tenía una pared decorada con diversas fotografías de idols, las cuales estaban protegidas por un delgado cristal que las enmarcaba.

—Mh, supongo que la tercer puerta ha de ser esa —concluí tras verificar cada retrato, encaminándome a la gran puerta doble pentágono nogal oscura que se encontraba al final del pasillo. Guiada por la algarabía femenina y masculina que se oía del otro lado de la enorme puerta de madera.

     A mitad de camino, una mujer de cabello negro hasta los hombros, flequillo recto, iris celestes, cubre bocas blanco, suéter gris, jeans de mezclilla, botas azules, y una identificación colgada en su cuello con la palabra: “𝘚𝘵𝘢𝘧𝘧 ”, salió de aquella puerta, dejándola abierta hasta poco menos de la mitad.

La misma iba tan deprisa hacia el ascensor que ni siquiera se percató de nuestra presencia, ya que arrastraba un gigantesco perchero comercial con dos diminutas ruedas en cada punta. Dicho perchero era tan alto como ella, y llevaba muchísimos vestuarios exuberantes de hombre colgados en él, causando el efecto de un biombo al sobrepasarnos.

Seguí caminando sin problemas, deteniendo el cochecito frente a la segunda puerta—la que seguía cerrada—, y me asomé por la que sí se encontraba abierta, vislumbrando a Jimin dormido en un sofá junto a Hoseok, que observaba un vídeo en su teléfono, revisando una coreografía.

Mi ceño se frunció al oír la inconfundible voz de Jungkook:

—Puedo enseñártelo más tarde…—pronunció en un tono que fluctuaba entre la diversión y el flirteo.

—Eso me encantaría, oppa. ¡O-ooh! —su estúpida risilla propia de un repugnante intento de aegyo fue el detonante para que mi rabia termine de llegar a la cúspide y decantara por cada rincón de mi cuerpo, inundándome completamente.

—Oh-uuh, cuidado —la risa de él se unió a la sinfonía.

¡Jodido infiel, voy a estrangularlo!

Empujé la puerta haciendo que se abra por completo, descubriendo a una tipa de cabello cobrizo inclinada sobre el pecho del sonriente padre de mis hijos, notando como sus delgadas manos de perfecta manicura anaranjada estaban justo encima de la línea que delimita los pectorales de su abdomen, visualizando también como su maldita camisa estaba totalmente desabotonada, y la parte zurda de su hombro semicaída, dejando su piel al descubierto.

Esto es inaudito.

—¡¿Jungkook?! —de inmediato volteó a verme totalmente azorado. Sin quitar sus manos de la parte superior de los codos de ella.

—¿E-Emily? —farfulló parcamente, oyéndose plenamente confundido.

La cobriza se separó de él, y aturdida preguntó quién era yo. Así que, esperaba ansiosa por ver como su rostro se desencajaría cuando oyese que yo era SU NOVIA y la MADRE de SUS GEMELOS de cuatro meses de vida.

—Ella…Emily, es la mujer de mi hermano —rascó su nuca desviando la mirada al suelo.

La tipa lo observó un instante, no muy convencida. Luego giró su pequeño rostro de perro Pekinés, clavando su suspicaz mirada en mí, que solo podía pensar en que esto debía ser una maldita broma de mal gusto o terminaría por enloquecer.

»𝑬𝒎𝒊𝒍𝒚 𝒍𝒐𝒗𝒆 𝒔𝒕𝒐𝒓𝒚 ³ 𝒆𝒕𝒆𝒓𝒏𝒂𝒍 ⚜️«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora