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𝐋𝐞𝐧𝐠𝐮𝐚 𝐢𝐧𝐬𝐚𝐜𝐢𝐚𝐛𝐥𝐞.

Narra Daysi.

     Esperé paciente en mi cuarto hasta que dieron las doce de la noche y se efectuó el cambio de seguridad.

—¡Cielo! —sonreí cuando el guardia Suhoo abrió la puerta de mi habitación.

—¡Bombón de crema! —me levantó de los muslos mientras su boca devoraba la mía. Me sentó en la camilla y habló entre urgidos jadeos:—Vamos a quitarte esto —sus grandes manos me liberaron del chaleco de fuerza.

A esta hora el lugar se encuentra silente, cada interno está encerrado en su cuarto, la mayoría bajo los efectos de algún sedante, y otros pocos, durmiendo por voluntad propia.

Lo cierto es que todos los demás se van a casa, menos los guardias. Por ello, suelo pasar noches enteras haciendo tríos con los dos uniformados que vigilan esta planta, recibiendo permisos especiales como poder deambular por el psiquiátrico en su compañía o sin ellos.

Además de deliciosos orgasmos. Por supuesto.

—Suhoo-ah, debo ir a ver a una amiga a los subterráneos —planteo, aflojando su cinturón de cuero. Desprendo el botón plateado y hábilmente bajo la cremallera.

Sus labios marcan mi cuello, sus colmillos maltratan mi piel con desenfreno y su saliva es como un bálsamo que me eriza.

Llevo mi mano a testar su erección, que está como una gorda piedra.

—Lo harás después de comerme la polla —se muerde el labio inferior jalando el cabello de mi nuca, enfatizando su mirada en mi rostro de boca entreabierta y mirada sugerente.

—Sí eso deseas —pronuncio obediente. Lo masturbo con celeridad, besándolo con cierto descontrol. Provocando un gruñido gutural cuando mi pulgar oprime un poco su rosada cabeza, capturando su atención—. Te la comeré como nunca antes —me relamo tras alinear nuestras miradas, y meneando mis caderas me pongo de rodillas.

Mi lengua juguetea sobre su glande, a la vez que mi mano sigue moviéndose de forma ascendente y descendente a lo largo y ancho de su firme tronco.

Su miembro venoso no solo es grueso, sino que también es bastante extenso; y ahora mismo está cubierto por el ligero líquido preseminal que va goteando desde el ápice.

Se ve tan apetecible cubierto de su propio jugo.

Suhoo (además de estar MUY bien dotado), es alto, atlético, mantiene su cabello rapado a los costados pero se lo deja largo arriba para peinarlo hacia atrás. Él dedica bastantes horas al gimnasio y práctica boxeo, por lo que todo su cuerpo es fibroso.

No solo su descomunal anaconda.

Su agraciada nariz es del tamaño perfecto, al igual que ese par de recios pectorales y anchos hombros.

La estrechez de su cintura vuelve su espalda un delicioso triángulo invertido.

Sus rusientes labios carnosos te tientan a querer sentirlos por todas partes.

Recuerdo que la primera vez que vi la dimensión de sus manos, de inmediato supe que esos dedos me pondrían a temblar como nunca antes.

Y no me equivoqué.

Es mas, basta una sola mirada, acompañada de un pecaminoso rose, para que tengas un rio entre las piernas. Y es que Suhoo es un seductor nato, con esos claros orbes verdes que te vuelven presa fácil de este gran depredador que busca devorar cada centímetro de tu endeble carne.

»𝑬𝒎𝒊𝒍𝒚 𝒍𝒐𝒗𝒆 𝒔𝒕𝒐𝒓𝒚 ³ 𝒆𝒕𝒆𝒓𝒏𝒂𝒍 ⚜️«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora