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𝐏𝐫𝐨𝐦𝐞𝐬𝐚 𝐜𝐮𝐦𝐩𝐥𝐢𝐝𝐚 𝐜𝐨𝐧 𝐩𝐫𝐞𝐬𝐚𝐠𝐢𝐨.

     La anciana enfermera retiró con cuidado la intravenosa del dorso de mi mano.

—Ve a casa con cuidado, y no vuelvas a descuidar tu salud jovencito —advirtió, colocando un trocito de algodón en la ínfima herida, asegurándolo con una tira de cinta. 

Y saber que volvería a casa me generó una gratificante sensación que se materializó en una enorme sonrisa, misma que fue aniquilada al no verla esperándome fuera de la habitación junto a mis amigos.

     Mi tarde se basó en descansar en el sofá, viendo películas con palomitas de maíz que prepararon Jin y Taehyung para todos nosotros.

En la noche, cenamos carne de cerdo, y luego de llenar mi estómago me sentía de muy buen animo.

Este había sido un gran día, pero debía hacer una cosa más si quería que tuviese un cierre perfecto.

Decidí aprovechar ese envión de energía para llamarla. Necesitaba disculparme con ella; y deseaba pasar el domingo entero con BonGi y SugMin.

Abrí las puertas que daban al balcón de mi habitación y suspiré al comprobar el modo en que la álgida brisa contrarrestaba con mi temperatura corporal, provocándome escalofríos.

Marqué su número. Ansioso por oírla, mi pie tamborileaba por voluntad propia, dando golpecitos en el suelo, Emily se estaba tardando en atender…

Hola, Jeon —pronunció siendo arrogante.

¡Jodida mierda! ¡Es ese idiota otra vez!

—Necesito hablar con Emily, MinHyuk —mi lengua chocó contra mi mejilla a pesar de que mi voz fue tranquila. Y, exponiendo la tirria que me albergaba, negué apretando con mi mano libre la barra del barandal del balcón.

Llama en media hora, ella está tomando una ducha.

Me giré, dándole la espalda a la ciudad, mi puño se cerró y apreté los dientes resoplando por mis fosas nasales.

—Dime que tu abuela está contigo —debía saberlo, él era un completo inútil y me había parecido oír llantos de bebés.

No lo está —se rió con clara socarronería, disfrutando de estar ocupando mi lugar.

Acabé la llamada con prontitud, porque lo próximo que expulsaría mi boca serían un sinfín de insultos.

Narra Emily:

     —¿Quién llamó, Minhyuk? —salí envolviendo mi cabello en la toalla rosa pastel.

—Oh, eh… Número equivocado —se encogió de hombros, dejando mi teléfono en la mesita ratona.

¿Okey…?

Estrecho mis párpados dubitativa, y vuelvo mi expresión a la normalidad al verla entrar.

—Acabo de ponerles pañales nuevos —señala hacia atrás con su mano hecha un puño, desplegando el pulgar. Devuelve la mano y su índice me apunta—. Tú solo debes preocuparte por alimentarlos —comenta sonriendo la abuela Yeonam, quien se había ofrecido a cuidar a los bebés después de que yo abandoné la sala de espera del hospital, tras oír del doctor que le darían de alta a Jungkook. Puesto que era mejor evitarlo que alterarlo; él ya había dejado en claro que me quería lejos.

Recogí a mis bebitos de la casa de Ashley y regresamos a casa.

En el transcurso de la tarde, la abuela llegó con su nieto para ayudarme con los pequeños, ya que el estrés me había mantenido en vilo, dejándome agotada y sin apetito.

»𝑬𝒎𝒊𝒍𝒚 𝒍𝒐𝒗𝒆 𝒔𝒕𝒐𝒓𝒚 ³ 𝒆𝒕𝒆𝒓𝒏𝒂𝒍 ⚜️«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora