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𝐖𝐢𝐥𝐝 𝐫𝐨𝐬𝐞.

    Amanecí con ganas de jugar un poco antes de que desayunáramos, así que, aprovechando el hecho de que Jungkook estaba profundamente dormido, sin ningún tipo de prenda a mi lado, me escabullí debajo de las sábanas para darle una lenta lamida a toda su extensa longitud masculina, que descansaba de manera curvada sobre uno de los marcados huesos de su cadera.

Continúe dando lentas lamidas hasta que estuvo un poco más firme. Luego la erguí,  comenzando a estimular primero con mi mano en un suave vaivén, a la vez que mi lengua se dedicaba a lamer con delicadeza su glande, prosiguiendo a chuparla tras adentrar la mayor cantidad de extensión a mi cavidad bucal, haciendo que despertara soltando excitantes jadeos de placer que se entreveraban con los sonidos tan mojados como vulgares que producía mi boca al ascender y descender sin dar tregua.

—Mmh —runruneó ronco, removiéndose un poco en su lugar—… Esa s-sí es una excelente forma de despertar —susurró jalando un poco el cabello de mi nuca, encendiéndome como gasolina a la hoguera, enviando su masculinidad hasta el fondo de mi garganta, moviendo mi cabeza a su antojo unos cuantos segundos.

Después, chupé una última vez hasta la mitad de su hombría, justo antes de hablar, dado a que su erección es demasiado grande como para devorarla entera, ya que eso implicaría ir más allá de mi garganta.

—Es que anoche no pudimos terminarlo —sonreí dejando su húmedo miembro bajo el dominio de mi mano, que lo jala a un ritmo delirante, mientras me dedico a besar sus definidos abdominales, arrastrando de tanto en tanto, mi lengua por su tersa piel pálida—. Te amo, mi ojitos de Bambi —le recuerdo, asomándome por su pecho, besando su mentón, observando con dedicación su sensual rostro excitado, y sus labios algo rojizos por mordérselos mientras lo complacía con mi boca.

—También te amo, mi ricitos de oro —jadea apretando mi mentón para, acto seguido, devorar mis labios con los suyos, haciendo una breve pausa para hablar:—. No debiste despertar a la bestia, preciosa —rié con malicia y cambia los papeles, dejándome debajo de su ígneo cuerpo.

Abre más mis piernas a la vez que hunde su cara entre mis senos, que escaparon de la grácil tela de la camisola cuando su enorme mano la forzó hacia abajo acariciando con lascivia mi abdomen.

Aprieta mi muslo diestro por la zona baja del glúteo, entre tanto su otra mano hace a un lado mi braga, ubicando su virilidad en el lugar correcto para ponerme a gozar y gimotear.

Así, las sábanas se desordenan, y mis manos arrugan casi rasguñando la almohada cuando me embiste reiteradas veces, sin dejar de besarme hasta alcanzar el clímax e intercambiar nuestras energías más vibrantes.

[…]

   Salgo de la ducha después de él, que acaba de colocarse su ropa interior y se encuentra cepillando sus dientes.

   Salgo de la ducha después de él, que acaba de colocarse su ropa interior y se encuentra cepillando sus dientes

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»𝑬𝒎𝒊𝒍𝒚 𝒍𝒐𝒗𝒆 𝒔𝒕𝒐𝒓𝒚 ³ 𝒆𝒕𝒆𝒓𝒏𝒂𝒍 ⚜️«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora