Capitulo 14: Memoria fragmentada

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𝐼𝓏𝒾𝓈 𝒲𝒽𝒾𝓉𝒶𝓈𝒽

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Hace 10 meses

Lentamente la confusión se va, dejando un amargo sentimiento de vergüenza. Sentada en el asiento del copiloto, en mi propio auto, estrujó el cinturón sobre mi pecho con mis manos. El camino, rodeado de árboles, es débilmente iluminado por la luna y por las luces del coche.

—Así que... —el silencio entre nosotros me abruma— Ese era todo el efecto de esa mierda.

Mi voz es tenue, la única señal de que estuve drogada es que Jack y yo seguimos juntos y soy yo quien está al mando.

Deslizó un mechón de cabello detrás de la oreja, no quiero despegar mis ojos del camino, pero debo verlo, debo agradecerle por llevarme a casa.

—Gracias por llevarme —mis palabras son fugaces, tanto que en algún punto dudo de su existencia.

—La próxima vez debes tener más cuidado, estar más pendiente de tu alrededor —responde para mí sorpresa, dirigiendo sus ojos hacia mí.

Me muerdo el labio pensando en que me encantan esos orbes marrones, esa voz profunda que solo usa conmigo, todo en él es perfecto.

—¿Por qué? ¿Por qué lo haces? —la pregunta se me escapa de los labios, pero lo agradezco, llevo mucho tiempo guardándomela.

—¿Hacer qué? —puedo oír el cuero del volante siendo estrujado por sus manos.

—Sabes, no te entiendo —me acomodo en mi asiento está vez mirándolo por completo.

Su cabello se resbala por su perfil un poco esponjado a pesar del sudor. Pequeñas imágenes me llegan, su desesperación por detenerme de hacer algo se impregnan en su cara en mis recuerdos.

—A veces siento que me odias con toda tu alma, hasta puedo sentir el fuego de tu odio, y luego haces este tipo de cosas. ¿No sería mejor que me hubieras dejado por mi cuenta?

Su silencio se extiende a pesar de mi mirada penetrante.

—No sería lo correcto —su respuesta simplona me saca una carcajada.

—¡Oh vamos! Te importa un carajo lo correcto, al menos cuando se trata de mi —me volteo a la ventana para admirar la nada— Creo que entre tú y yo no hay lo correcto, solo hay hacer y pagar, te molesto y tú me lo devuelves, y listo. Sencillo.

El tiempo pasa en silencio y lo odio tanto, quiero que Jor me hable, me de respuestas, me diga que me odia.

—¿Por qué me odias de esa forma? —vuelvo a mirarlo está vez con la cara contraída en un ligero puchero.

—No te odio...

—Claro que sí. Me odias raro, sé que no me odias como a esa chica Johana o como al fastidioso Thimoty, pero sé que lo haces —muerdo un poco la piel de mi pulgar pensando en que agregar— Es como si tu odio estuviera combinado con frustración, y algo más.

Quiero rebuscar en mis sentimientos que es, pero no logro identificarlo.

—Tal vez resentimiento. Pero no sé por qué.

El auto queda estacionado en algún lugar del campus, el ronroneo del motor cesa y las luces se apagan, oscureciendo el ambiente.

—Ya te dije, no te odio —sus palabras son ligeras y suaves, pero no le creo— Deberías descansar, te voy a llevar a tu habitación.

𝐂𝐨𝐧𝐢𝐮𝐦 ⁂ 𝐉𝐨𝐫𝐝𝐚𝐧 𝐋𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora