Capitulo 24: Desilusión

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𝓦𝓱𝓲𝓽𝓮 𝓦𝓱𝓲𝓽𝓪𝓼𝓱

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Presente

Llevo por lo menos diez minutos sentada en este mugriento sillón intentando analizar lo que ha pasado. Lo último que recuerdo es el mensaje de Jor pidiéndome que nos viéramos en la casa de Dusty, y después no había nada, todo estaba negro.

Me tallo la cara con frustración, sabía que había consumido algún tipo de droga. Pero esto era diferente, no había confusión o recuerdos borrosos, simplemente no había nada.

Camino por toda la planta baja buscando a Jor o a alguno de mis amigos, pero no hay nadie a quien le tenga confianza. Mi siguiente paso es el siguiente piso, abro algunas puertas y en cuanto siento que no he marcado a nadie me pasó a la siguiente con todo el sigilo del mundo, parece que la fiesta aún sigue.

Tres puertas me toman encontrar a Jor acurrucado en una cama. Marie posa sus brazos sobre su cintura y su pecho se pega a la espalda de Li. Tan rápido como veo la escena cierro la puerta, en silencio.

Me recargo un poco en la pared, con la respiración agitada y el pecho hirviéndome en lava. Las lágrimas amenazan con salir, pero las contengo en cuanto oigo que dos personas suben por las escaleras.

Comienzo a caminar hacia el final del pasillo y puedo ver a Anderson y a Cate juntos. En lo único que puedo pensar es en fingir la sonrisa más convincente y darles los buenos días como si nada hubiera pasado.

—Hola chicos —saludo ignorando el nudo en mi garganta.

—Buenos días, White —es And el primero en hablar — ¿Dónde está Jordan?

No me permito ni siquiera mover un milímetro de mi expresión, adhiero mi ligera sonrisa a mis huesos y respiro disimuladamente.

—En realidad tengo que irme —evado la pregunta de inmediato— pero si lo encuentran díganle que nos vemos más tarde.

Volteo lo más rápido para seguir mi camino hacia las escaleras, quiero salir corriendo de este lugar. Abro la puerta, sintiendo que el pomo me quema y salgo al refrescante patio. Corro con rapidez disimulada hasta mi auto, pasando de largo la camioneta de Li.

En cuanto estoy en el asiento del conductor saco todo el aire que he estado conteniendo y se siente como mi último respiro. Las lágrimas brotan en un intenso frenesí y recargo mi frente al volante sollozando con amargura.

Sabía que en algún punto esto pasaría, lo sabía desde el día que le propuse a Jor una relación abierta, pero eso no evita que el dolor perfore mi pecho y sienta que ardo de dentro hacia afuera.

Estaba siendo una maldita dramática, desde el principio sabía que en algún momento vería a Jor con otra persona. Tenía que dejarme de estupideces, estaba en todo su derecho, ese era el contrato.

—¡Dios! —grito desgarradoramente apretando el volante— ¡Maldito seas!

Con una de mis manos tomo con fuerza mi playera, en un intento estúpido de parar el dolor en mi pecho, un dolor que me saca todo el aire y me hace encogerme en mi asiento.

Está en todo su maldito derecho de acostarse con quién desee.

Yo había sido la pendeja que había creído que nunca se acostaría con nadie. Yo había sido la idiota que se había hecho ilusiones dónde nada había.

Prendo el auto en un arranque de cobardía. Miro fijamente el celular y lo desbloqueo para buscar entre mis mensajes la maldita dirección.

Debía tomar como oportunidad está maldita situación. Li tenía a sus amigos y con quién satisfacer lo demás, no me necesitaba.

𝐂𝐨𝐧𝐢𝐮𝐦 ⁂ 𝐉𝐨𝐫𝐝𝐚𝐧 𝐋𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora