Capitulo 27: El amor de un monstruo

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𝓦𝓱𝓲𝓽𝓮 𝓦𝓱𝓲𝓽𝓪𝓼𝓱

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Presente

A la tercera campanada me rindo. Sacudo mi cabello con enojo, las uñas lastiman la piel lo suficiente para sentir una sensación dolorosamente satisfactoria.

Dios, ¿Qué tan desesperado debes estar para no dejar de tocar una puerta que claramente no quiero abrir?

Quito lentamente cada uno de los seguros que hay para mi seguridad, tomo con rabia la manija metálica y jalo la gran puerta de esa extraña madera, cuyo nombre no recuerdo, con todas mis fuerzas.

—¿Qué quieres maldita sea? —arrastro cada silaba.

Lo primero que veo, al otro lado del umbral, es su hermosa figura, aquella que había recorrido cientos de veces con mis dedos. Su cabello crispado y desarreglado, me deja en claro que no ha tenido el mejor de los días.

—Ah, eres tú, Li —menciono sin preocupaciones dándome la vuelta para darle la espalda, dos pasos me bastan para que la boca me pique y me atreva a dar otro sorbo a la botella de cristal— Señor, esta cerveza artesanal sabe asquerosa.

Pero era lo único que quedaba, ya había arrasado con toda la reserva de alcohol en el departamento. Incluso me había servido un vaso de ese tequila que tanto me raspaba la garganta.

—Quería hablar contigo —su tono esta lleno de lo que deduzco es arrepentimiento— Pero veo que ya te enteraste.

Me arrojo sobre el acolchonado "puff", la tela atrapa todo mi cuerpo sosteniéndolo. Enserio necesito de algo que me apoye o acabare sobre el suelo, aun que esto se siente como si ya estuviera ahí.

—¿Enterarme de qué? —pregunto arrojando mi cabeza hacia atrás, toda la habitación se sacude— De que mi padre mato a alguien a quien amaba o de que esa persona solo me estaba utilizando para solo ella sabe qué cosa.

Sostengo con fuerza el vidrio y con mi otra mano paso mi palma por mi cara. Estaba realmente jodida, mas que eso. Mi vida entera se estaba desmoronando y después estaba Jordan Li, un problema que aún no quería solucionar.

—¿De que hablas? —desconcertado, se sienta en el piso a mi lado— ¿Quieres hablar de eso?

Claro que quería hablar de eso, pero no con Li. No ahora, no después de lo que descubrí.

—No —a pesar de mi negativa fría y carente de cualquier emoción, sonrió amablemente para su tranquilidad. El pecho me arde al dirigirme de esa forma tan impersonal, pero ya no hay vuelta atrás.

Ya no somos el uno para el otro.

Me muerdo con fuerza el labio inferior para evitar que las lagrimas se escapen de mis ojos, descanso mi brazo justo encima de mi cara para que no pueda ver mis expresiones dolidas.

—Quería... —empieza, y se a donde quiere llegar— Contarte algo. Aunque no lo recuerdo creo que ayer...

No lo recuerda. Sonrió por el atisbo de esperanza. 

Poso mi pulgar sobre sus labios acallándole. No merezco ninguna explicación, no merezco su arrepentimiento, no merezco nada. Al fin y al cabo, todo acabo, no sé cómo o por qué, pero ya no existe un Jor y White.

—Si vienes a disculparte por lo de Marie no hay nada que disculpar —cambio mi tono a uno más comprensivo. Si eso es lo que le preocupa, que suerte tiene— No estoy enojada, ni lastimada, ni nada de lo que tu tierna cabecita piensa. Hicimos un trato. —Que ahora ya no existía más— Aun que te acuestes con cualquiera no te dejare de amar.

𝐂𝐨𝐧𝐢𝐮𝐦 ⁂ 𝐉𝐨𝐫𝐝𝐚𝐧 𝐋𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora