𝐂𝐨𝐧𝐢𝐮𝐦 ⁂ 𝐉𝐨𝐫𝐝𝐚𝐧 𝐋𝐢

Capitulo 30: Bienvenido al club

𝐼𝓏𝒾𝓈 𝒲𝒽𝒾𝓉𝒶𝓈𝒽

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Presente

Una ligera picazón se aloja en mi mejilla, me revuelvo molesta por despertar de esta dolorosa forma. Otro día más, levantarme será tedioso de ahora en adelante. Llevo mis uñas hasta la carne para mitigar la comezón.

Siento la tierra arrastrarse por mi piel, entre mis uñas queda la arena. La única respuesta que encuentro es que el techo se esta desmoronando, pero al abrir me encuentro con un paisaje desconocido.

Me levanto sobre exaltada, notando el peculiar paisaje a mi alrededor, el bosque. Giro mi cuerpo notando los arboles que me rodean, la nieve llena las hojas de un verde brillante.

¿Dónde diablos estoy?

Ninguna noticia anunciaba una nevada, seria la primera en enterarme si algo así sucediera. Amaba la nieve, la sentía en el alma. Me levanto del pasto para ver mi alrededor con mayor detenimiento, no reconozco nada.

Dios, no debí de tomar tanto.

Camino de un lado a otro para relajarme un poco, la preocupación me invade al aceptar que estoy perdida. A mi alrededor solo hay árboles, más árboles y nada más. Ni aves, ni insectos, ni sombras, nada.

El ambiente parece vacío, y pronto me doy cuenta de que dentro de mí es lo mismo.

¿Dónde estaba Jack?

Lo último que recuerdo...

—¡Por qué tome de esa forma! —grito agarrando mi cabeza con desesperación. Lo último que recordaba era bailar con Li.

Doy unos cuantos pasos en línea recta, o al menos lo que creo que es línea recta. La nieve truena bajo mis zapatos, me abrazo para conservar un poco de calor, doy gracias que mi sangre sea fría porque si no ya estuviera muerta debido a la hipotermia.

—¡Jack! —grito en mi cabeza en espera de respuesta. Silencio— ¡Jack, por favor contesta!

Unos minutos después, me doy por vencida cuando noto la falta de voces a mi alrededor, todo es demasiado pacífico, plano y solitario. No hay ni un solo rastro de Jack y las sombras, estoy sola. La desesperación lentamente inunda mi mente y me hace temblar.

Sola.

—¡Por favor! —grito mientras me arrojo al suelo— ¡Jack! Sabes que no puedo estar sola, no de nuevo.

Las lagrimas avanzan hasta mi barbilla, dejándose caer sobre la nieve. Mi respiración se perturba ante la posibilidad de perder a Jack, me sofoco con los pensamientos. Si Jack no me encuentra nadie mas lo hará.

"Sigue avanzando hasta encontrarme". Imagino lo que diría en estos casos. Me levanto con dificultad para seguir caminando, si no paro debo llegar a algún lugar.

Muerdo con determinación mis labios concentrándome en el dolor. Al menos no estoy muerta, aun siento algo. Me rio recordando la pregunta que me había hecho ayer, claro que esto podía empeorar. La única pesadilla que me perseguía habitualmente por las noches era quedarme sola, totalmente sola.

Sin Jack, sin las sombras...

Sin Jordan.

Un trueno llama mi atención sacándome de la línea de pensamientos. Miro al cielo con detenimiento, los copos flotan a mi alrededor llenando mi cabello y ropa de nieve.

Cuando bajo la cara, a lo lejos puedo ver un amplio camino. Los árboles se abren para dar lugar al pasto, un bello campo se extiende a la distancia hasta el principio de una montaña. En medio del lugar puedo ver madera en el suelo.