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Narradora:

Frío... Es todo lo que Jin siente en medio de este territorio inhóspito. El pelinegro trata de mantenerse caliente con sus brazos y su ropa, almenos la que tiene a pesar de no ser la indicada para este tipo de climas. Pero tiene que moverse, pues al ver al horizonte vió como el mar se retira bastante, y demasiado rápido. Hace unos segundos perdió a Yoon gi, pues este se había esfumado entre fuego, humo y cenizas, y Tae también se fue, se perdió en el orizonte, dejando tras de si un camino helado y lleno de desolación.

Se levantó de su lugar con las extremidades duras de tanto frío y caminó lo más rápido que pudo hasta donde pudiera estar asalvo de esa enorme ola que se acerca a toda velocidad y que terminaría de destrozar los pocos despojos que quedaron después de los dos primeros dragones.

Mientras intenta escapar, oyó el agua devastadora tras de si, y sintió un fuerte golpe en su espalda, ante el cual no pudo hacer nada, fue empujado y arrastrado como un pedazo de trapo viejo. Desesperado abrió los ojos, olvidando que está en medio del agua salada y por ende sus ojos ardieron con intensidad, pero por lo poco que vió, no está ni cerca de la superficie. Con todas sus fuerzas empezó a nadar, el miedo y la desesperación lo hicieron olvidar el frío y el miedo, y no paro hasta sentir el aire fresco en sus manos y con eso pudo sacar la cabeza. Tosió y trató de respirar, pero por cada que intenta jalar aire, traga más agua de la que escupe.

Desesperado, nadó hasta un tronco de madera, abrazando este para llorar y terminó vomitando con asco toda el agua que tragó, sintiendo luego como sus ojos, nariz y garganta arden por la sal.

No se dió cuenta en que momento la debilidad fue tal que se quedó dormido sobre el tronco, solo despertó cuando sus piernas se rasparon con arena y piedras, sabiendo que por fin llegó a un lugar que espera sea seguro.

Después de recomponerse en el suelo se levantó como pudo y empezó a caminar a las palmeras que pudo ver llenas de cocos, de los cuales tal vez podría sacar agua. Sin embargo, como las esperanzas en tiempo de guerra, las palmeras se debilitaron y desplomaron en el suelo, los cocos se volvieron polvo frente a sus ojos que arden por las lágrimas de sus esperanzas perdidas.

Jin: Nam joon.

Soltó en un hilo de voz lleno de decepción y tristeza. Las piedras empezaron a saltar frenéticas a su alrededor y la tierra de las montañas cae rápidamente cuesta abajo.

Jin: Ahora si estoy muerto.

Empezó a moverse de forma torpe intentando correr hacia una pequeña gruta que podría protegerlo de las piedras que caen y del terremoto que al parecer se aproxima.

Mientras corre, oye un ruido raro, como un graznido, por lo que se dió la vuelta muy preocupado por lo que oyó, encontrándose con un cuervo intentando ir hacia el, a la vez que parece llamarlo, mientras agita sus alas con aparente dolor en una de ellas.

Jin: *Se acerca a paso lento al cuervo, agachándose despacio a su lado con una leve idea de quién sería* ¿Tu eres Kay?.

El cuervo graznó desesperado mientras asiente. El pelinegro lo tomó entre sus manos con cuidado y empezó a correr a la gruta, sosteniendo a la delicada ave a la altura de su pecho. Llegaron justo a tiempo al lugar seguro y se cubrieron, oyendo como las enormes piedras ruedan muy cerca suyo y sintiendo como el suelo tiembla con violencia, llegando incluso a derribar a los árboles más fuertes a su alrededor.

Jin: Tranquilo, no vamos a morir.

El cuervo saltó de las manos de Jin y tomó una forma mas humana, solo que su forma resultó ser la de un niño de aproximadamente 12 años.

Kay: Gracias por ayudarme. ¿Cómo terminaste tu aquí?.

Jin: Básicamente los grifos me secuestraron del lomo de Nam joon cuando veníamos buscándote a ti y a Jung kook.

¿Qué ocurrió con los dragónes? (BTSxJin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora