6 meses, tienen 6 meses para que la ex de él entre en razón y se de que cuenta que ya no la quiere, y para que el ex de ella deje de "acosarla".
HISTORIA TERMINADA
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1 año y medio después
- Mamiii, papiii - escucho decir al pequeño Martín mientras noto como me jala del brazo - Despierta - me dice a su manera.
- Papáaaa - escucho a Mía también - Mamáaaa
Abro mis ojos encontrándome a mis hijos de píe al lado de nuestra cama, ya tienen dos años y medio y duermen en otra habitación, la cosa es que como se despierte uno, despierta al otro y ya se revolucionan.
- ¿Qué os pasa vidas? - digo cogiendo el brazo que tiene Gavi en mi cintura y aportándolo con cuidado para poder incorporarme en la cama.
- Hambre mami - contesta Mía.
- Ahora bajamos a desayunar, vamos a quedarnos un poquito aquí en la cama que es muy temprano - le digo estirando mis brazos para cogerlos y subirlos en la cama - Mirad a papá dormido, despertarlo pero despacito que sino sabéis que se enfada - le digo ya que un día al pobre lo despertaron saltando encima y este se enfado y les echo la bronca.
- Papáaa, despierta - le dice Martín moviéndole el brazo.
- Papiii - le dice Mía pasando sus manos por su pelo haciendo que yo sonría, son muy monos mis hijos.
- Umm, ¿pero quiénes se han colado en mi cama hoy? - dice Gavi mientras abre los ojos sonriendo.
- Papá, frío - le dice Martín a Gavi.
- ¿Tienes frío, cariño? - le pregunto yo a Martín.
- No, papá - dice haciéndonos reír, él ha visto a su padre durmiendo en calzoncillos y dice que si tiene frío.
- No, papá no tiene frío, ¿a que no? - digo y Gavi niega.
- No, no tengo frío, me tapo y ya está - le dice a nuestro hijo y parece que este lo entiende.
- Papa, hambre, ¿tortitas? - pregunta Mía, de vez en cuando nos piden tortitas y yo se las hago.
- ¿Se lo habéis preguntado a mami? Es ella quien os las hace - le dice Gavi a nuestra hija.
- Mami, ¿tortitas? - me dice Mía ahora a mi con carita de pena.
- Martín, ¿tu también quieres? - le pregunto y este asiente - Pues venga, vamos a levantarnos - digo yo levantándome de la cama.
Gavi también se levanta, se viste con un pantalón de chandal, una sudadera cualquiera y ambos bajamos a la planta baja cogiendo cada uno a uno de nuestros hijos en brazos.
- Mami va a tardar un poquito, ¿vale? - le digo a nuestros hijos mientras los dejamos en el suelo al llegar a la planta baja.
Dejamos a nuestros hijos en el salón y ambos nos metemos en la cocina, en el salón no hay ningún peligro, el único peligro son ellos que ya la han liado más de una vez, un día nos pintaron la pared y otro el sofá.
