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Yuqi se encontraba con las manos esposadas en su espalda, con el mentón en alto y con los ojos llenos de emoción, siendo iluminada tan solo con las luces parpadeantes de las patrullas y el fuego provocado por las bombas que hizo explotar hacer dos horas atrás. La multitud tan solo la miraba, entre ellos estaba Soyeon con un café en su mano. Algunos miraban con horror la hermosa sonrisa de Yuqi que demostraba que no estaba perdiendo y que ni tampoco le importaba morir como mucha gente le pedía. 

Detrás de ella estaban dos policías agarrándole los hombros, procurando que no se escapara como solía hacer cada ver que la capturaban. Era su segundo pasatiempo favorito, junto después de crear el caos, obviamente. Ella era una de las mayores responsables de que todo Corea del sur se volviera un país inseguro.

Con su pantalón de tela y su chaqueta formal negro, su cabello que era negro y la otra mitad blanco peinado a la perfección, al igual que su maquillaje, les mostraba que si ella quería, esto no hubiere pasado. Tan solo estaba jugando, tal vez solo quería un corto descanso en la cárcel o quería hablar con alguien dentro de ese lugar. La autoridad estaba cayendo en su trampa, pero ¿Qué más podrían hacer? ¿Dejarla ir? 

—Avanza—dijo uno de los policías, Minnie. Empujó con más fuerza su hombro, pero Yuqi tenía más fuerza que ella y ni siquiera se movió. 

Detrás de ella estaba su fiel compañera, Yeh Shuhua. Su condición era completamente distinta al de su amiga, su cabello estaba despeinado, su labio con un leve corte y moviéndose de vez en cuando para tratar escapar de los policías. O tan solo para asustarlo. 

—¿Cuánto crees que me demore en escapar?—preguntó Yuqi a Minnie—Yo apuesto tres días, así rompo mi récord. 

—Deja de delirar—Minnie apretó su agarre y Yuqi soltó una carcajada. 

—¡Son unos dramáticos!—exclamó entre risas y miró directamente a los ojos a una mujer con un café en su mano derecha. Eso aumentó su risa, el miedo que le tenía esa chica, junto con la emoción de parecer ver su paciente perfecto. Yuqi notó su fascinación y le guiñó un ojo. 

Minnie colocó una mano en la cabeza de Yuqi, obligándola a entrar a la patrulla sin lastimarse (más) la cabeza. La villana entró con confianza, sentándose al medio y luego estirándose hacia al frente para pedirle al conductor que cambiara la radio para poner algo de música. Sonrió al ver que no dudó en hacerlo. 

—¡Destruyan todo!—gritó Shuhua al entrar a la otra patrulla. 

—Es una malcriada—suspiró Yuqi—Una de las razones por la que me entregué es para tener una vacación de ella ¡Todo el puto día hablando! ¿O esa era yo? Suelo confundirme un poco, ya sabes—miró a Minnie—las malditas voces—rio levemente—Espero que en prisión tengan mucha morfina, las voces odian eso, al principio gritan, así—agarró aire y soltó un gran grito que hizo que los policías se alejaran un poco de ella. Casi podían sentir ellos mismos el dolor de las cuerdas vocales. Al acabar Yuqi agarró un bocado de aire y siguió—¡Ayuda! ¡Me están matando! ¡Me están dañando! ¡DUELE! Y luego, de la nada ¡PUF! No se escucha nada y yo siento que floto ¿Alguna vez te has sentido así? —miró al otro policía—¿No? Antes de todo, yo lo solía sentir cuando me acostaba con alguien, con mujeres, no te emociones, machito, que esté loca no significa que tenga malos gustos. Tengo los mejores de todos. Tan bueno que ya nadie me satisface como antes—miró drásticamente a Minnie, con una extraña expresión de miedo—¿Y si hago todo esto solo porque necesito sexo? ¡Dios! ¿Has escuchado de que odio al amor hay solo un paso? 

—Ya cállate—se quejó el conductor. 

—Lo iba a hacer, pero ahora que me lo ordenas, siento la obligación de no callarme por cinco horas más. 

Minnie soltó un suspiro mientras escuchaba Yuqi hablar cual habitación quería de la prisión. Trató ignorarla mirando por la ventana. Los policías estaban siendo golpeados por los aliados de Yuqi. Todo lo que veía parecía ser que estaba en un apocalipsis. Todos golpeándose entre sí, gritándose, las calles llenas de humo y fuego ¿Cómo es que Yuqi provocó todo eso? Tan solo tenía 24 años, cumplidos hace dos meses. 

Miró a Yuqi cuando comenzó a cantar una canción infantil mientras la gente golpeaba el auto, dificultando que este pudiera avanzar. 

—Canta conmigo—le dijo golpeando levemente su hombro con el suyo—Vamos de paseo, pi pi pi. En un auto feo, pi pi pi ¡Vamos canta! Pero no importa, pi pi pi. Porque llevo una chica linda, pi pi pi—soltó un suspiro—Si no lo hacen puedo hacer la señal para que mi francotirador dispare—dijo con un puchero. 

—Vamos de paseo, pi pi pi—comenzó a cantar el policía de su costado. 

—¡Eso! ¿Tienes familia? Los de familia son muy fáciles de controlar ¡Qué debilidad tan cruel! 

—En un auto feo, pi pi pi—siguió y Yuqi miró a Minnie—Vamos, Capitana. 

—¿¡Capitana!?—soltó una risa—¿Desde cuándo son tan hermosas? 

—¿Si canto dejas de hablar? 

—Estaré ocupada cantando, cariño. 

—Pero no me importa, pi pi pi. 

—¡Porque llevo una capitana hermosa! Pi pi pi. 

—Han solicitado un cambio de destino, cambio—se escuchó en la radio. 

—¿Cuál es?, cambio—preguntó Yuqi cuando Minnie agarró la radio. 

—Hospital psiquiátrico, cambio. 

—No estoy loca, cambio. 

—Capitana ¿Se encuentra viva? 

—Si lo estoy, llegaremos lo antes posible. 

—Cambio—dijo Yuqi. 

—No la soporto, cambio. 



















Don't Go Insane [YuYeon/SoQi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora