IX

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Su mente ya no razonaba desde la última vez que durmió. Estar 74 horas sin dormir había tenido efectos totalmente distintos a lo que había estudiado. No había tenido menos fatiga mental en su mente, sentía que podía hasta durar despierta hasta una semana más. La concentración estaba mucho mejor de lo normal, no tenía mil pensamientos de sus problemas, solo uno, solo "Song Yuqi". ¿Problemas de razonamiento? Su ego le decía que estaba viendo todo con mucho más claridad.

—Buenos días, doctora—saludó la nueva capitana del lugar. Soyeon se detuvo ¿Desde cuándo Minnie no estaba? O sea, Nicha—Yuqi ya está lista para ti.

—Buenos días—volvió a caminar hacia la sala de entrevistas. Pero no tenía el valor de girar la manilla de la puerta. Su mano temblaba ¿Y si Yuqi se daba cuenta? Era buena leyendo a la gente, casi como si fuese un superpoder. Si supo que conoció a Shuhua, iba a saber que se tocó pensando en ella. Su corazón estaba tan acelerado que no podía respirar.

¿Y si Yuqi se daba cuenta?, pensó otra vez, ¿Y si Yuqi no se daba cuenta?, pensó con más miedo.

Ya la había evitado tres días, recordó, y debía terminar el trabajo, eso no recordó, pero su lado no consciente le pedía a gritos que volviera a trabajar ¿Por qué? Ya ni siquiera sabía el porqué, solo era una obsesión, una enferma obsesión. Negó con la cabeza al recordar levemente su misión principal. Estaba ahí por la posibilidad de salvar a Miyeon ¿A quién le importaba esa mujer? De todas formas ya no iba a poder pagarle, solo quería ver a Yuqi.

—¡Mi amor!—Yuqi se levantó al verla llegar, con una sonrisa tan pura que Soyeon se sintió querida—. Te ves hermosa—dijo cuando cerró la puerta—, sabía que te iba a quedar bien ese corte, te ves más dominante—caminó hacia ella—. Seguro que lograste acostarte con más de un hombre, un trío o uno tras otro—se arrodilló porque Soyeon no tenía la valentía de alzar la mirada para verla, le estaba comenzando a asustar. Tal vez si necesitó dormir un poco antes de llegar —¿Lo disfrutaste?

Soyeon tragó saliva al verla así. Igual como se la imaginó. Con esos hermosos ojos inocentes. Apartó la vista cuando Yuqi se mordió la lengua.

—¡Lo adoraste!—exclamó y con dificultad se levantó—Es que yo soy buena en esto, ¿Cómo era él?—se sentó en la silla y Soyeon también—¿Era alto? ¿Musculoso? ¡Necesito todos los detalles! ¿Qué posición usaron? Seguro misionero, aburrido ¿Dónde lo hicieron?, por favor, no me digas que en una cama ¿Cuántas veces llegaste al orgasmo? ¿Siguieron el día siguiente? No se me ocurre otra razón por la que te hayas olvidado de mí.

—¿Tú hiciste tu tarea?—Yuqi hizo una cara de desagrado.

—Claro que sí, soy una buena niña—se acomodó en la silla—La primera parte fue algo difícil, no tengo muchos recuerdos felices, además de cuando disparo. Sin embargo, recordé la primera vez que bebí con Shuhua ¡Fue una locura! Y solo estábamos las dos. Yo compré el alcohol y bebimos en mi casa cuando sus padres la abandonaron. Es mi recuerdo más feliz. Saltábamos al ritmo de la música, nos bebimos todo y hasta le robamos un poco a mis padres. Pusimos unos efectos de luces en la televisión y parecía que estábamos en la mejor fiesta del mundo. Bailábamos y nos reíamos como una. Y eso que no había drogas. Solo nosotras dos en el mundo, ¿Cómo me sentía físicamente?—miró hacia arriba y sonrió—. Al igual como cada vez que termino una masacre—miró a Soyeon a los ojos, notando como esta lo evitaba, mirando otra parte de su cara—Mi corazón se acelera y me siento dentro de un musical. Con ganas de bailar y cantar con alguien—agitó su cabeza como si estuviera bailando, pero se detuvo al notar que Soyeon no reaccionó—No me estás escuchando.

—Perdón—susurró al dejar de mirar sus labios.

—No me pidas perdón, nunca me lo pidas—se levantó de la silla y la acercó con su pie para sentarse cerca de Soyeon—Tu mente está en otro lado, eso suele pasar, pero no te preocupes, te puedo ayudar—respiró hondo—meditemos juntas, eso suele ayudar a Shuhua.

Don't Go Insane [YuYeon/SoQi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora