Don't Go Insane [YuYeon/SoQi]

VIII

¿Soojin la escuchó? Su pie no podía dejar de moverse. La siguió con la mirada para ver cada expresión de su cara mientras le cocinaba algo ¡Claro que la había escuchado! Le gritaba su conciencia. Había gemido alto y sin vergüenza. Había gemido con claridad el nombre de su paciente.

Va a pensar que está loca.

¡Pero no lo estaba! No tenía ningún comportamiento de una persona que la sociedad llamaba "Loca". Sus comportamientos estaban dentro de los parámetros de cuerdo, no tenía ningún trastorno fuera de lo común. Tenía lo que seguro más de un cuarto de la sociedad tenía. No estaba loca.

Se rascó el cuello. Solo había sido un desliz provocado por la calentura. Yuqi tenía razón que la frustración sexual es peligrosa, te vuelve paranoica y ni siquiera podía pensar bien. Pero si Soojin la escuchó, ese desliz no sería fácil de borrar. Solo era un momento de calentura, trató convencer. Ahora que logró aliviarse, no volvería a pasar. Solo tenía que hacer que Soojin no hablara.

Los muertos no hablan, pensó tan fuerte que hasta lo escuchó en un susurro.

—¿Y por qué te cortaste el cabello?—la interrumpió Soojin—Te queda bien.

—Solo necesitaba un cambio.

—Los cambios son buenos—le pasó un plato con comida—. Anoche te veías hermosa ¿Es un cambio permanente o solo porque te querías acostar con alguien?

—Permanente, se sintió bien—susurró mientras miraba el cuchillo. Estaba bien afilado, listo para hacer sangrar a alguien. No, pensó. Soojin no tenía la culpa de nada, ella la cuidó de la gente cuando estaba ebria. La punta del cuchillo apuntó a su propio torso.

—Te ves mejor ¿Dormiste bien anoche?—asintió con la cabeza—eso es bueno—susurró—¿Esta noche volverás a intentarlo?

—¿Qué?—preguntó asustada, soltando el cuchillo.

—Acostarte con alguien.

—Ah, no, no creo. Era una locura, ni siquiera sé por qué le iba a hacer caso a Yuqi—agarró un pedazo de carne, pero no se lo comió. Estaba muy tensa como para comer—. No dejaré que me controle.

—Pero Yuqi es muy inteligente—suspiró con tristeza—. Desde que murió el señor Cho, que no se sabe nada de Miyeon. Nadie la puede encontrar—se comió un pedazo de carne y lo masticó con lentitud—Creo que yo era la persona más cercana a ella y no se me puede ocurrir ningún lugar donde pudiera estar ¿Y si lo tiene uno de los aliados de Yuqi? ¿Puedes pedirle que la libere? Me asusta no saber de ella, es muy... No sé ¿Estúpida?

—Solo es TDAH, la gente suele confundir los términos—respondió enojada, siempre odió que insultara a sus pacientes. Ellos ya sufren mucho con su propia mente— No es estúpida, solo piensa distinto.

—Pero me sigue preocupando que esté sola, el mundo es—el tono de llamada de Soojin la interrumpio—Maldita sea, es de mi nuevo trabajo—agarró el celular y soltó un suspiro—Mi nueva jefa es una maniática adicta al control, es horrible—se levantó y se alejó para atender la llamada.

Puede que Yuqi también fuese adicta al control, pensó y quiso golpear su cabeza en la pesa o romperse el plato en la cabeza. Tenía que dejar de pensar en ella. Pero no sabía dejar de pensar en el trabajo. Se levantó de la mesa, miró a Soojin irse de su departamento y se acostó en el sillón para prender la televisión y dedicarse a ver un anime para mantener su mente ocupada.

En parte había funcionado. Se vio Shingeki no Kyojin completo y los primeros cuatro capítulos de Chainsaw man. No se movió en el sillón ni aunque le doliera el trasero. Se negaba a salir de su autohipnosis. Si lo hacía, pensaría en Yuqi.