VII

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La depresión es una enfermedad compleja y multifacética que se caracteriza por una tristeza persistente y una pérdida de interés en las actividades que normalmente se disfrutan, así como por la incapacidad para llevar a cabo las actividades cotidianas durante al menos dos semanas. Sus síntomas pueden variar desde la fatiga extrema, la desesperanza y la irritabilidad, hasta los cambios en el apetito y el sueño. Las causas de la depresión son variadas y pueden incluir factores biológicos, genéticos, ambientales y psicológicos. En el hogar, todas habían experimentado la depresión en más de una ocasión por diversas razones. Yuqi era la que mejor lo manejaba, pero en ese momento, era Soojin la más estable.

La ida de Soyeon generó consecuencias desde el primer día que notaron su ausencia. Yuqi siempre fue de burlarse de que la peor debilidad era la familia, pero ¿Y los amigos? ¿Y la pareja? La entrega de Soyeon a las autoridades no fue una decisión fácil y las consecuencias emocionales se hicieron evidentes rápidamente. Al regresar a su hogar, Yuqi bajó la mirada, iba a tener que dormir sola por al menos una semana. La ausencia de Soyeon la afectaba más de lo que quería admitir. Arrastrando los pies, se dirigió a su habitación, esperando que el tiempo pasara más rápido mientras se sumergía en la soledad de su cama.

Cuando Soojin vio eso, supo inmediatamente que Shuhua no se encontraba bien. Su amistad de todas de ese hogar era tan dependiente que si se iba una, todo fallaba. Aguantó la respiración y al notar que no había ningún solo ruido, supo que Shuhua ya se encontraba en cama. Caminó a su habitación y al encontrarse con Haku y Mata rasguñando la puerta, se agachó para agarrarlos.

—Démosle un poco de tiempo, chicos—susurró para que nadie la escuchara.

Entro a su cuarto, cerrando la puerta para que los perros de Shuhua no fuera a molestar al resto. Podía escuchar a Miyeon llorar en la habitación de al lado porque el silencio le hacía recordar a su antiguo hogar. Soojin se sentó en la orilla de la cama y se quedó mirando el techo. Una lágrima solitaria escapó de su ojo, deslizándose por su mejilla. La visión de Shuhua sin su sonrisa habitual le aterraba por muchas razones, pero también le recordaba a la niña indefensa que conoció años atrás.

Dos niñas que golpearon su puerta al ver un anuncio que arrendaba una habitación eran todo lo contrario a las mujeres que eran ahora. Yuqi estaba seria, decidida de cambiar su mundo, agarrándole la mano con fuerza a Shuhua de 16 años, que parecía aterrada del mundo.

Antes de que Soojin pudiera preguntarles qué necesitaban, Yuqi alzó el folleto que había pegado en un poste cercano.

—Tengo el dinero —informó Yuqi, su voz firme y decidida.

—Pasen —les dijo, abriendo la puerta de su hogar y de su vida para ellas. ¿Cómo podía negarles un techo a dos menores de edad?

Ambas niñas caminaron directamente a la habitación que Soojin les indicó que sería para ellas. A partir de ese momento, cada una vivió su vida por separado, sin generar ningún tipo de relación estrecha. Sin embargo, Soojin observaba los movimientos de Yuqi, notando lo seguido que salía en las noches, y cómo Shuhua lloraba en silencio en su habitación. Sabía que algo malo ocurría en sus vidas, pero nunca se imaginó la magnitud del problema. No preguntó, en parte porque ya tenía sus propios problemas. Debía terminar la carrera de medicina para que sus padres, al fin, notaran su existencia.

Una tarde, mientras estudiaba en su escritorio, escuchó un grito desesperado que le heló la sangre.

—¡Soojin! —era la voz de Yuqi, llena de pánico y desesperación.

Soojin se levantó corriendo y se dirigió a la habitación de las menores. La escena que encontró le partió el corazón: Shuhua yacía en el suelo, casi muerta, mientras Yuqi, temblando, intentaba hacerla reaccionar.

Don't Go Insane [YuYeon/SoQi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora