IX

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Tenía 12 años cuando comenzó a notar que no todo lo de su cabeza estaba bien. No era lo que la gente llamaba locura, solo que veía las cosas de una forma muy distinta a los de su edad. En el momento que miraba como las personas que la molestaban en el colegio caminaban hacia ella, no podía tenerles miedo, su padre le enseñó muy bien a ser valiente y porque en ese momento se imaginaba corriendo hacia ellos, recogiendo una piedra del suelo y vengarse por todo lo que ellos le hicieron. Sin embargo, siempre había otra cosa que la prohibía defenderse, en ese momento era la beca que le permitía ir a estudiar en un colegio de alto rango.

La primera vez que sintió miedo de verdad fue cuando su madre la agarró de la oreja para que se ocultaran ambas bajo la mesa por los sonidos fuertes afuera de su hogar. Tenía 5 años cuando escuchó a su madre llorar porque la policía iba a entrar para matarlas. Nunca supo muy bien lo que pasaba en su cabeza a su madre. Pero estaba aterrada de que lo que decía con mucha seguridad que iba a pasar, pasara. No quería que la autoridad se llevara a su madre o encontrara a su padre para llevarlo a prisión. Según ella, ellos nunca hicieron algo malo, aunque tampoco algo bueno.

Por un tiempo tuvo un leve miedo a la policía, cambiando de dirección cuando los veía. También evitaba salir, temiendo que por su culpa encontraran a su familia.

La segunda vez que sintió miedo fue cuando su padre la llevó a un acantilado a saltar. No quería una hija miedosa y luego de encontrarla llorando con su esposa, supo que tenía que arrebatarle todo el miedo. No quería una hija débil. Es por eso que, entre risas e insultos, tiró a su hija del acantilado para que cayera al agua. Lo repitieron hasta que notó que a Yuqi ya no le importaba morir en la caída.

Es por eso que ese día, a los 12 años, notó que gracias a sus padres podía llegar a hacer grandes cosas. Puede que su cabeza no fuera como las de sus compañeros de curso con sus vidas casi perfectas. Pero tampoco como la de sus vecinos, que no tenían sentido de la moral.

No estaba loca. La gente loca no era la mejor alumna en el colegio más difícil de China. El colegio le enseñó que los locos estaban en la calle y su barrio le enseñó que no tenían una pisca poder. No estaba loca porque pensaba que era mejor que todos y eso la llevaría a hacer grandes cosas. Es por ello que se esforzó tanto en el colegio. Quería ser alguien en el mundo, una científica que encontrara una cura importante o alguna ecuación que solucionaría grandes cosas.

—¡Nadie quiere matarte!—tenía 16 años cuando le grito eso a su madre porque no la soltaba para que pudiera ir al colegio.

—Yuqi, no grites—susurró—. Nos van a encontrar.

Yuqi tiró su brazo y comenzó a gritar el nombre completo de su madre, para que se diera cuenta de que nadie la estaba buscando. No soportaba ver lo débil que era su madre y quería que se volviera fuerte como su padre le enseñó como se hacía. En el momento que investigaba a Soyeon, leyó lo que era el estrés post traumático. Su madre se ocultaba de algo que alguna vez vivió.

"Un mal día en el peor momento"

Estaba en la semana de los certámenes finales y estaba estresada porque estaba postulando para ir a la universidad saltándose el último año del colegio. Apenas estaba durmiendo, se la pasaba las noches estudiando con los gritos de sus vecinos en el fondo y eso era lo que la ayudaba a motivarse porque sabía que la beca universitaria era su única salida, la llave para dejar atrás ese lugar.

El día inició con la pelea con su madre. Siguió con un día de mierda en el colegio, donde no solo sus compañeros la trataban mala por ser pobre, también los profesores. Luego estaban los chicos de su barrio, que les gustaba manchar ese uniforme perfecto que Yuqi se esforzaba todas las noches en quitarles todas esas manchas que ellos le hacían. No quería darles más razones a sus compañeros para que se rieran de ella.

Don't Go Insane [YuYeon/SoQi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora