🎪Chapitre X🎪

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Afuera el cielo estaba a punto de desplomarse. Las gotas de lluvia caían a cántaros y golpeaban las ventanas del pasillo mientras iba camino a la oficina de Roger.

Un trueno resonó entre las penumbras del pasillo y a pesar de ser de día, pareciera que la oscuridad abarcara cada rincón de este psiquiátrico a tan solo un puente del lugar en donde inició mi pesadilla.

Las nubes negras y el cielo gris hacían que mi sombra se viera tenue en el suelo con cada paso que daba hacia la oficina. Y para cuando estoy frente a la puerta oscura y pulida de madera, justo a punto de tocar, oí a Roger discutiendo, posiblemente con alguien a través de teléfono.

—Ya te dije que él no está aquí—reclama con furia.

Se escucha un fuerte estruendo y doy un paso hacia atrás.

—Tienes que creerme. Morgan está más que muerto.

Su frase me hace abrir los ojos como platos y decido tocar sin esperar más.

—Tengo que colgar—enuncia en un tono de voz más bajo.

Puedo escuchar las pisadas de sus zapatos acercándose a la puerta y me abre con una expresión seria.

¿Cómo que Morgan estaba muerto? ¿Por qué lo había dicho?

—¿Qué haces aquí?

—Anoche me pediste que viniera—arguyo tomando su camino sin previo aviso y entrando a la oficina.

Camino sobre el suelo aterciopelado y violeta que me recordaba a cierto sitio. Tomo asiento en el largo sofá y él se mantiene de pie frente a mí. Sus manos se escabullen y tocan mi hombro con delicadeza. Sé lo que intenta hacer.

Noto que en la mesa hay un frasco de pastillas de doble color y lo veo fijamente a sus orbes oscuros y siniestros.

—¿No es irónico que el jefe de un psiquiátrico sufra de ansiedad?—argumento señalando la mesa con mis ojos.

Él las toma de inmediato y se las guarda en el bolsillo del traje.

—¿Sabes para qué te solicite?—indaga tomando asiento junto a mí e ignorando mi acusación.

—No lo sé. Si lo supiera te apuesto a que no estaría aquí—enarco una ceja girando mi torso para verlo mejor.

Él ríe un poco y sigue acariciando mi hombro.

—Has estado muy distante últimamente—se acerca a mí—te estaba comenzando a extrañar.

Su rostro está a milímetros del mío y parpadeo varias veces hasta confundir su rostro por un segundo con el de Morgan. ¿Qué mierda?

Sus labios se acercan a mi cuello mientras sus dedos juegan con la piel de mis piernas.

No puedo evitar sentir que esas manos son de Morgan y me alejo de Roger con el corazón latiendo de forma extraña.

¿Qué me está pasando? Me tomé mis pastillas. ¿Entonces por qué estoy fantaseando con ese hombre despierta teniendo a Roger delante de mí?

—Creo qué deberías ir a ver a tu esposa—contesto tocando mi pecho confundida.

—Eso jamás fue problema para ti.

Se pone de pie y me toma de la muñeca.

—¿A caso estás celosa?—pregunta con diversión.

Ojalá fuera eso, Roger.

Lo vuelvo a ver y sus ojos se tornan igual de verdes que los de Morgan. Esto no está bien.

—Lo estoy—miento tomando su rostro entre mis manos.

—No hace falta que lo estés. Sabes que siempre serás tú—besa mi frente.

The Secrets Of The Circus  [Bilogía Circus #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora