🎪Chapitre IXX🎪

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Que saben de incomodidad si nunca les tocó compartir misión con la persona con la que tuviste algo y sabe muy bien que aún hay una conexión que nunca podrás apagar. Lo siento, sigo dolida. Pero en mi defensa, Morgan es el que ha decidido continuar con mi tema del escape. Dice que no le gusta dejar nada a medias y que luego de eso no nos volveríamos a ver jamás.

¿Lo peor? Es que el muy hijo de perra se tomaba eso del no hablarme demasiado bien. Literalmente ignoraba todo lo que decía, ni siquiera se giraba a verme cuando hacia algún comentario y ENCIMA no me decía ni principessa ni Anastasia, solo me llamaba como la señorita O'Day.

Existían muchos niveles de rencor en el mundo y creo que Morgan encabezaba la lista.

Cuando yo lo ignoraba por lo menos lo miraba porqué me era inevitable, pero a él esto le salía tan fácil que lo odiaba.

Aprieto mis puños del otro lado de la mesa cuando noto que vuelve a ignorar mi propuesta como si no existiera dentro de esta habitación y Roger camina hacia mí con una sonrisa divertida.

—¿Tú y tu romeo siguen peleados?—indaga con quisquillo y lo señalo de malas ganas.

—Todo esto es tu culpa. Si no lo hubieras obligado no estaríamos en estos términos.

—En algún momento algo así ocurriría, Anastasia. Solo era cuestión de tiempo.

—Pues ese cuestión de tiempo no hubiera llegado si no te hubieras entrometido—me cruzo de brazos y ambos oímos un fuerte carraspeo frente a nosotros.

—Si no les interesa el tema, ahí está la puerta. Pero los que realmente queremos salir de esta mierda necesitamos concentrarnos—nos espeta Morgan con los ojos entornados.

Lo miro con mala cara antes de rodar los ojos y continúo oyendo a los demás.

Mi mirada no puede apartarse de Morgan que hablaba y hacia la vista gorda a mi lado.

—¿Ocurrió algo entre ustedes?—indaga Peter en voz baja.

—Estamos en un momento crítico—musite haciendo una mueca.

—Se nota. Está más serio que de costumbre, pero tú no pareces tan afectada.

—Créeme, me estoy muriendo en vida. No sé qué diablos hacer para arreglar esto—expresé verdaderamente preocupada.

Morgan era perfecto torturando a los demás, pero jamás pensé que tendría la suficiente capacidad de hacerlo sin siquiera mirarme.

—Creo que me iré—enuncié sintiendo que no aportaba nada.

Todos se giran a verme y Morgan, a pesar de debatirse en si hacerlo o no, al final me mira con el ceño fruncido.

—Esto es trabajo en equipo. Necesitamos el apoyo de todos—alude el pelinegro tomando una postura erguida.

—No tomas en cuenta nada de lo que digo, así que no tengo nada que hacer aquí. Hasta creo que les haría un favor si me voy—me sincere y él solo me escaneó de arriba a abajo antes de darme la espalda.

—Tienes razón. Nos harías un gran favor al irte—es lo único que masculla siguiendo con su buen trabajo de ignorarme.

Imbécil.

Eso fue un golpe bajo, pero decido no decir nada y salir de ahí lo antes posible.

El aire ataca mi rostro al salir y tomo una gran bocana sin soportar la presión en la habitación anterior.

Paso las manos por mi cabello tratando de calmar mi respiración agitada, pero mis emociones se congelan al escuchar unos siniestros pasos a mi alrededor. ¿Era el asesino? ¿Venía por mí? ¿Por qué me sentía observada tan de repente?

The Secrets Of The Circus  [Bilogía Circus #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora