Desde que en la noche Annie me pidió que la acompañara a un sitio anónimo supe que algo iría mal.
Bajamos las oscuras escaleras de madera que quien sabe a dónde diablos me llevarían. Cada peldaño rechinaba tan fuerte hasta el punto de hacerme erizar la piel. Podía escuchar algunas goteras y en cierto punto del camino también se podían oír algunos gritos. ¿Cómo corro?
Me detengo a mitad de la trayectoria y Annie me apunta con su linterna frunciendo el ceño.
—Vamos—me ordena tomándome la muñeca.
—Llévame de nuevo al psiquiátrico—pido asustada.
—Morgan te necesita.
—He dicho que me devuelvas.
Otro feroz grito provoca que más gotas brillante de sudor comenzaran a resbalar poco a poco entre los costados de mi rostro mientras mis piernas flaquean.
—No iré. Lo siento mucho por Morgan y por ti.
Le doy la espalda y al a penas poner un pie en la escalera, puedo escuchar un cañón y como una bala con lentitud casi acaricia los nudillos de mis manos que estaban sobre el pasamanos.
Me detengo en seco y con las pupilas tambaleantes y los labios resecos me voy girando con suma lentitud.
Annie estaba de pie alzando uno de esos revolver antiguos. ¿Cómo lo tenía? ¿Desde cuándo lo tenía?
—Vamos. Ahora—exige en un tono bajo guardando de nuevo el arma alzándose el pantalón del uniforme hasta más de la rodilla y poniéndolo dentro de un tirante en su muslo.
Aún petrificada preferí seguirle el paso y caminé junto a ella hacia aquella habitación de la que provenían sonidos y gritos extraños.
Paso saliva cuando sus dedos acarician suavemente las astillas de madera de la puerta y con el corazón en la boca, Annie la abre. Y para mi sorpresa, el lugar estaba completamente oscuro y vacío, o eso creía.
La puerta se cierra de golpe y me giro a mis lados buscando a Annie, quien había desaparecido de repente.
—¿Annie?
¿Para qué acepte venir? Nunca se sabía que esperar de ellos.
Una bombilla comienza a tiritar desde una de las esquinas esforzándose en iluminar el lugar. Paso saliva y camino hacia aquella esquina para tratar de mantener la luz encendida y ver qué ocurría a mi alrededor.
Pero al llegar, algo me hace bajar abruptamente la cabeza. Había pisado una cosa viscosa y llena de hedor. Arrugo mi rostro y ajusto la bombilla para que por fin pudiera iluminar todo el lugar y mi corazón se detiene al ver lo primero que la luz señala. Sangre.
Me alejo a pasos lentos y noto que debajo de mi cuerpo había un largo rastro de sangre que iba hacia la pared debido a la pendiente mal hecha del suelo.
Camino en retroceso siguiendo el rastro y palidezco en mi sitio al chocar con algo grande y blando. Una sombra oscura también aparece frente a mí y con el corazón desbocado por oír la voz proveniente de la silueta, tiemblo.
—Estás llegando un poco tarde—musita alzando una linterna y señalándome con ella.
Suelto un respiro al verlo.
—Morgan—lo nombro entre un suspiro de alivio.
Jamás me había sentido tan feliz de ver a Morgan. Pero sé que algo aquí no andaba bien. Y en ese momento recuerdo la sangre y la presencia a mis espaldas. Y por ende, comienzo darme vuelta sobre mi propio eje y mi respiración se acelera y mi garganta ahoga un grito al ver a Ned atado a una silla malherido.
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The Secrets Of The Circus [Bilogía Circus #2]
Misteri / Thriller* Los ángeles lo llaman placer divino, los demonios, sufrimiento infernal, y los hombres, amor. Segundo libro de la bilogía Circus y continuación de la historia The Circus of the Forest.